Contexto y tramas en «El verano sin hombres»

El verano sin hombres de Siri Hustvedt

*Aviso: es preferible no leer la entrada si no se ha leído antes la novela. 

Estamos de nuevo en el norte de Estados Unidos, en Minnesota (lugar de nacimiento de la autora), puesto que aunque se hace referencia a Nueva York y alguna parte de lo que se cuenta transcurre allí, el escenario principal de la obra es Bonden, el pueblo-refugio en el que nuestra protagonista pasa el verano.

Un territorio agrícola, con bosques y lagos, en el que vive una población joven, en su mayoría de ascendencia europea septentrional, que apuesta por la educación y la cultura. Todas esto se refleja en la novela de alguna forma: Mía ve desde su apartamento campos de maíz y alfalfa; los Cisnes pertenecen a un club de lectura; el ayuntamiento organiza un taller de poesía… Existe en el pueblo un gusto por el conocimiento compartido, un sentimiento de comunidad.

La acción transcurre en el verano de 2009, a partir de un hecho traumático previo que coincide con la trama principal de la novela: Boris, marido de Mia abandona a esta por una compañera de trabajo más joven.

Sin embargo la ruptura no es definitiva, él lo llama una «pausa», nombre que Mia adjudicará con ironía a su rival.

El abandono después de tres décadas de un matrimonio sin problemas aparentes, hunde a Mia en el pozo oscuro de una locura temporal («psicosis reactiva transitoria») que la deja durante un tiempo fuera de sí, recluida en un hospital, completamente medicada.

De este episodio, primera de las tramas secundarias de la obra, que le avergüenza profundamente, es rescatada por su hermana y gracias el tratamiento de la doctora S.

En Bonden, el pueblo en el que nació y en el que todavía vive su madre, va a poder poner distancia con respecto al mundo que compartía con Boris y a restablecerse poco a poco, conociendo otras vidas y a otras mujeres (que conforman las demás tramas secundarias):

  • los Cisnes, el grupo de cinco amigas de su madre, ancianas fuertes y animosas, cada una con una personalidad muy diferente, que afrontan la vejez dándose compañía y apoyo.
  • la relación con su joven vecina y sus niños, las discusiones en el matrimonio, la constante presencia de una violencia larvada, suavizada por la incipiente amistad que surge entre ambas mujeres y la ternura que despiertan en Mia los pequeños.
  • el taller de poesía con el grupo de adolescentes, que le traen a la memoria recuerdos ingratos de la infancia, de la crueldad de las niñas, pero que le permite reconducir la situación con tacto y profesionalidad, utilizando la literatura como cura frente al acoso.

Y mientras todo esto sucede, también vamos a profundizar en sus relaciones familiares: el respeto y cariño que siente por su madre (y las continuas referencias a su padre); la complicidad y unión con su hermana a partir de una infancia compartida y feliz; la buena sintonía que tiene con su hija, cariñosa y atenta siempre,; o el peso del suicidio de su cuñado Stefan, con quien se siente unida en su papel de segundona frente a Boris…

En paralelo, a partir de una serie de mensajes anónimos mantiene también una suerte de «relación» con una persona que la empieza insultando pero con la que acaba entablando una extraña amistad.

Pero estas líneas argumentales no siguen un orden secuencial clásico, sino que se ven trufadas una y otra vez de digresiones de la autora. Continuamente.

Las hay puramente filosóficas; otras relacionadas con la psiquiatría o el psicoanálisis; multitud de citas literarias (Emily Dickinson, Shakespeare, D. H. Lawrence, Jane Austen…); referencias musicales y artísticas… que sirven a la autora, en muchos casos, de punto de partida para la reflexión lúcida y brillante sobre temas como la sexualidad o el cerebro femeninos, la realidad frente a la ficción, el presente, el pasado y el futuro…

Y por si esto fuera poco, hay interpelaciones directas al lector a quien se dirige con la complicidad que la lectura de la obra ha ido tejiendo. ¿Alguien da más?

Seguiremos hablando  de los jugosos temas de la novela en nuestra próxima entrada…

¿Alguna cosa que nos hayamos dejado en el tintero?

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10 respuestas a Contexto y tramas en «El verano sin hombres»

  1. MJose dijo:

    Hola:
    Yo creo que está todo incluido. A mi me ha gustado mucho el estilo de la autora.
    Otro abandono pero con una protagonista muy alejada de la de Foenkinos.
    Lo mejor el sentido del humor que destila, y la aceptación de la vejez en ella y en los Cisnes. Cada una de ellas podría disponer de su propia novela.
    La resolución del conflicto de las adolescentes, peca un poco de edulcoración, pero se la puede perdonar por el resto.
    Un saludo,

    • Novelerías dijo:

      ¡Hola M. José!
      El sentido del humor y la ironía son, también en nuestra opinión, de lo mejor de la novela y para muestra este botón: «Según la lógica del profesor, nuestra superioridad en la «expresión verbal» explica por qué las mujeres hemos dominado el panorama literario durante tanto tiempo, en el que no ha habido ni un hombre a la vista. Estoy segura de que también habréis notado que cuando se menciona a los titanes de la literatura contemporánea, tanto en las publicaciones académicas como en la prensa, el número de mujeres es, sencillamente, abrumador».
      La vejez se aborda con realismo en la novela, pero a través de personajes que la afrontan con valentía y buen ánimo. Se trata de un grupo de mujeres, muy mayores, pero alegres, activas, que leen, bordan, incluso ligan… Esta frase de Laura, la madre de Mia, es magnífica: «Envejecer no está mal. El único problema es que se te va cayendo el cuerpo a pedazos».
      En general la resolución de todas las historias es un poco dulce ¿no? Boris vuelve al redil, las adolescentes siguen adelante como si nada, Lola y Pete mejoran su relación…

  2. Kim dijo:

    Hola, 🙂
    Como siempre, habéis hecho un buen análisis de los temas principales y secundarios del libro. Personalmente, me gustó mucho la manera en la que utilizó la literatura para que todas las chicas del taller de poesía aprendiesen como se sentía la victima y descubrir los motivos que hicieron que acosaran a una de sus compañeras.
    Además, cuando empecé a leer el libro, me acordé del que leímos hace unos meses «Dos hermanas» por la «psicosis reactiva transitoria» que sufrió Mia, no obstante, conforme iba leyendo me di cuenta que iba a ser totalmente distinto y así fue, al contrario que el personaje de Foenkinos, Mia sale adelante y vuelve a ser ella misma y mejor, a la vez que va a aprendiendo de todas las mujeres de las que se rodea.
    Un saludo

    • Novelerías dijo:

      ¡Hola Kim!
      A nosotros también nos ha gustado el experimento literario con las chicas, la idea de ponerse en el papel de la otra (generalmente de la «rival) y escenificarlo en el marco de un taller de poesía. Otra cosa es que más allá del aula, resulte plausible que el asunto quede zanjado del todo…
      A diferencia de Matilde, la protagonista de la novela de Foenkinos, Mia cuenta con herramientas muy sólidas de las que se sirve para salir de su agujero negro. En primera lugar, unas relaciones familiares sanas (en algún momento equipara a su madre con el hogar), personas en las que confía y en quienes se apoya. En segundo lugar, una buena asistencia médica: el papel de la doctora S. resulta fundamental en su recuperación, le aporta serenidad y consejo, sin agobiarla.
      Además Mia toma buenas decisiones por sí misma: la escapada a Bonden resulta sanadora en todos los sentidos: está ocupada con el taller de poesía; conoce mujeres interesantes, con algunas de las cuales entabla amistad; tiene tiempo para descansar y leer…
      Ambas sufren con el abandono, pero su evolución no puede ser más diferente, así es.

  3. Conchi Allica dijo:

    Saludos, ya casi está todo contado, pero añadiría algo que aún siendo un tema secundario tiene una fuerte relación con la actualidad, “la ancianidad”. Estamos olvidando que las personas que habitan un geriátrico, fueron jóvenes, tuvieron una vida, unos deseos, unas habilidades, un valor más allá del paso del tiempo, y que a pesar de su deterioro siguen siendo ellas. Por eso, me encanta el cabreo de Abigail con la vida, esa doble realidad en la que se instala, y esa fuerza individual que mantiene en el momento en que su reloj se va a parar.

    • Novelerías dijo:

      Hola de nuevo, Conchi. Hablaremos más en profundidad de la vejez en la próxima entrada, pero recogemos esta idea de que las personas mayores siguen siendo las mismas a pesar de la inapelable marca del tiempo en sus vidas. Y también seguiremos añadiendo matices al personaje de Abigail, uno de los más ricos de la obra. ¡Gracias!

  4. Manu dijo:

    Hola, gracias por el excelente resumen que has hecho del contexto y las tramas de la obra , que son varias : rotura, acoso, vejez, etc. y que estan tratadas con un sentido del humor y una ironía que yo particularmente al leerla ,he agradecido, asi como su dulce final , como dices , pues al fin y al cabo estan tan realmente presentes en nuestra vidas que no es facil saber gestionarlas adecuadamente.
    Tambien destacaría partiendo del titulo de la obra «El verano sin hombres» , el interes de la autora en definir la diferencia entre hombre y mujer a lo largo de la historia, vista desde un punto de vista femenino comentando » cada sexo tiene su propia clase de cerebro, la clave está en como se define esa diferencia de clase en cada época»

    • Novelerías dijo:

      ¡Hola, Manuel! A nosotros también nos han gustado mucho las explicaciones «científicas» a lo largo de la historia de las diferencias entre el cerebro femenino y el masculino. Esos argumentos que han llegado prácticamente a nuestros días y que subyacen en muchos de los mitos que aún se siguen arrastrando en torno a la tradicional tendencia de las mujeres a lo artístico y creativo frente a la mente matemática, racional y lógica de los hombres. ¡Gracias por tu comentario!

  5. BAQUERO GOMIDE, FABÍOLA dijo:

    ¡Hola a todos!
    Encantada! Soy nueva en el grupo. Me lamo Fabiola, soy estudiante de doctorado de Unican.
    Estoy disfrutando el libro, no he terminado de leerlo pero ya me han provocado, instigado…
    Ya que hablamos de contexto, lo que me llamó la atención es la búsqueda de Mia por su lugar (fisico, concreto) en el mundo. Los diversos roles que asumimos a lo largo de la vida y que pueden causar extrañeza cuando se quita uno de estos roles, como el de la esposa. Como si fuera el único, olvidándose de otros roles como: Hermana, madre, hija, maestra, escritora, amiga, mujer … que la constituían en su conjunto.
    Saludos!

    • Novelerías dijo:

      ¡Bienvenida, Fabiola!. El impacto de la ruptura, brusca e inesperada, hace a Mia olvidarse de todo lo que no es Boris y su matrimonio, pero ella es mucho más que eso, efectivamente y a medida que se va recuperando, va retomando las demás facetas de su vida que la completan. ¿O es al revés y recuperar sus relaciones familiares, así como establecer nuevos vínculos posibilita su mejoría en todos los sentidos?. Lo comentamos en nuestra cita virtual de la semana que viene. ¡Gracias!

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