«Lecciones de química» de Bonnie Garmus

Este es uno de esos libros con los que te chocas por todas partes: aparece en las redes sociales, lo comentan los lectores y, ya lo más de lo más, sirve de base para una serie de televisión. 

Aquí en el club se ha sugerido un par de veces la inclusión de su lectura y qué mejor momento para darle cabida que el mes de abril, en el que la BUC celebra el Día del Libro de este año con la relación entre comer y leer como hilo conductor.

Porque estas son unas lecciones que vinculan la comida, la cocina con la química. Elizabeth busca combinar los elementos, las sustancias, de manera que le permitan elaborar platos sanos y saludables, pero también ricos y sabrosos.  

Bonnie Garmus

Debe molar que te publiquen tu primera novela con más de sesenta años y que se convierta en un bombazo editorial a nivel mundial.

Aunque se nota que no estamos ante una autora novel (por lo visto lleva escribiendo toda la vida, aunque nunca le han publicado nada hasta ahora). Se percibe en su estilo, oficio y tablas: en el manejo de los contextos cronológicos y de los ritmos, así como  soltura en la inclusión de las diferentes tramas.

La obra

Se trata de una novela entretenida, a veces divertida, que, en mi opinión, abusa de las situaciones dramáticas en las historias que va intercalando (sí, Manu, sí, me parece que hay demasiada tragedia innecesaria) y de la descripción excesivamente obvia e insistente del ambiente machista en el que vive la protagonista tanto a nivel laboral como vital. 

En este sentido algunos personajes resultan también demasiado inverosímiles por exagerados. 

Estamos ante una de esas novelas que tiene defensores a ultranza y detractores acérrimos. 

Yo, sin que sirva de precedente, me quedo en un punto intermedio y valoro  la afortunada fusión químico-grastronómica como un interesante acercamiento a la alimentación y un motivo para asomarse a leerla. ¿Vosotros qué opináis?

Si queréis consultar reseñas, entrevistas etc., aquí tenéis el enlace. 

Seguimos en la próxima entrada analizando más en profundidad tramas y contextos.

¡Hasta entonces!

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Resumen-testamento de la cita virtual sobre «Cervantes para cabras, Marx para ovejas»

Empezamos constatando que los chicos últimamente empiezan a ser mayoría.

A Felipe le ha gustado sobre todo la primera parte. Porque además parte de su familia era de un pueblo de Jaén y su abuelo era analfabeto y cabrero, iba con las cabras al campo, tenía un bidón enorme donde se metía de refugio cuando hacía malo y así pasaba los días. Esa parte de la descripción le ha gustado bastante y la historia, sobre todo hasta la boda con Conchita.

El primer tramo es muy divertido, lo demás ya es más normalito y del final, que se veía venir, le gusta que no se haya puesto a describirlo mucho. Simplemente dice qué va a pasar y ya está.

A mí me parece que el tono es buscado y aséptico, sin extremismos ni dramatismo y se agradece, porque se centra en otra parte que también fue muy importante en esta época y que señalaba también Conchi en su comentario: esos profesores, los maestros, protagonistas de unas iniciativas pioneras de alfabetización en el campo.

A Manu le ha causado una impresión agradable y señala que sí, que efectivamente marca el papel de los maestros, cómo ha ido evolucionando en España y su labor impresionante, contado con sencillez, con situaciones muy realistas. Le ha gustado que sea tan respetuoso.

Y le parece muy de valorar que en el sueño del intelectual socialista se reflege una realidad: que al final se requiere también el papel del señorito, del capital junto al papel del trabajador. Lo de la guerra civil lo define como una cagada. Las guerras antes ahora y siempre serán cagadas, así de claro y en este aspecto, le parece muy bien cómo lo termina.

Jónatan coincide básicamente con lo dicho antes. Es un libro agradable, no le ha enganchado que es lo que él busca en la literatura, pero se lee bien, es una lectura muy amena que ilustra una época.

Tiene esa pérdida de chispa o de alegría al llegar a la boda. Hasta ahí hay una cierta tensión, pero luego en la segunda parte (que se ve venir y tiene su lógica, con la construcción de la Ínsula Esperanza) es más flojilla y el final, también como habéis dicho, con mucho tacto lo deja ahí: llega y se cierra el libro.

Piensa que lo de las lecturas de Cervantes y Marx nos ha llamado bastante a todos al principio y le da bastante juego. Tiene su encanto la visita de los científicos, con los que él se siente identificado, para ver cómo resulta que aprenden o escuchan las ovejas y las cabras. Le ha gustado, pero ha echado en falta que el libro le enganche, le atrape, que quiera leer otra página y otra, que es lo que él le pide casi siempre a un libro de ficción.

Yoli está de acuerdo con los compañeros. Cree que la intención es que sea un libro divertido, un homenaje a Cervantes, al Quijote, por la estructura de los capítulos y las relaciones/conversaciones de Lázaro y Mateo.

Para ella es básicamente una fábula que trata de reivindicar el poder de la lectura, del conocimiento y por eso la sitúa justo en esa época en que la República española intentó muchos cambios a partir del esfuerzo individual y personal de muchos intelectuales, como el profesor Lázaro, de la Institución Libre de Enseñanza…

Le ha resultado a veces muy tierno, con esta ingenuidad y estos personajes que son un poco alocados. Le parecen muy graciosos y le recordaban a la película Amanece que no es poco, también a La lengua de las mariposas.

Comento que esto también lo ha señalado Fres en su comentario del blog.

De la segunda parte, que a otros les parece más floja, a ella le llama la atención, le parece interesante que en esa especie de comunidad socialista utópica, (más que comunista) se reivindique la fuerza que tiene el grupo para crear. Le parece muy tierno creer que la comunidad pueda llevar a cabo un proyecto. El libro acaba con el proyecto, puesto que acaba con la guerra que puso fin a todos los proyectos…

También destaca que le parece increíble que se leyera El capital de Marx, porque todavía El Quijote es divertido, pero con la lectura de Marx sí que pensó que el libro era una fábula. Y tiene su gracia que justamente El capital le guste a las ovejas que son más gregarias.

Le ha resultado una obra agradable y en momentos muy divertida con los personajes que andan pululando por ahí, el experimento de los animales…

A María José lo que más le ha gustado ha sido el título. El libro no le ha entusiasmado nada. Es muy fácil de leer y lo ha leído muy deprisa. Para ella está lleno de buenismo. Le parece un problema que a la gente la pinten desde un único color, cuando somos todos muy parcelados. Esta gente tan buenísima le revienta, no puede con ella. Tampoco le han gustado los encabezamientos de los capítulos porque a ella El Quijote le gusta pero ya lo he leído yno necesita que el autor le repita aquello de “Del capítulo en el cual nos encontramos que Mateo va viene y se rompe una pata”. Le parece un vulgar plagio sin más, así lo ve.  

El personaje que más le ha divertido ha sido Ernesta con su trabuco y su interés por que Stalin se pasara por el pueblo.

La lectura es sencilla, es verdad y un reconocimiento a proyectos educativos y demás, pero no le ha enganchado demasiado. Es entretenido y divertido lo de las ovejas y las cabras, será porque son muy simples las ovejas o algo por el estilo.

Mete muchos personajes, pasa por allí todo el mundo: Juan Ramón y su Platero, La Barraca…  demasiadas cosas en el puchero; algunas están bien, pero con otras solo se aprovecha del conocimiento que tiene de la época.

A Laura le ha parecido original. Para ser una primera novela piensa que está bien escrito. Hay un paralelismo muy grande con El Quijote. Es una crónica, el narrador no se moja, se relatan los hechos de un hombre que tiene sus ideas, pero en vez de hacerlo a través de locura, lo hace a través de la cordura que él siente que tiene y que todo el mundo acepta, precisamente porque lo explica como con una lógica aplastante, aunque nadie tenga ni idea (ni él mismo) de cómo van a resultar las cosas.

Ella cree que empieza muy bien cuando se va a encamar porque lo de los encamados era una realidad. Eso le ha parecido un punto de partida muy original que te atrapa un poco. Luego ya todo es demasiado buenismo, pero también son unas relaciones muy normales, no son nada radicales, excepto Ernesta que tiene que ser la nota de politización del experimento colectivo, para aportar verosimilitud.

Le ha gustado y le ha parecido que está bien, que es entrañable, aunque demasiado bueno también. Piensa que la labor alfabetizadora de la cultura está muy bien traída.

Fresnedo en su comentario decía también que le había gustado, que le recordaba a las dos películas antes citadas

A Valen le ha gustado mucho, le ha parecido muy curioso. Se le ha hecho largo el final, hasta que se mete en la comuna es más rápido, vivo y ameno, más gracioso. Aparte de ser diferente, se hace una apología de la lectura y de forma ingenua se intenta mostrar cómo con ideas peregrinas se pueden conseguir cosas muy importantes. En general la lectura le ha parecido muy fluida y amena y lo ha disfrutado mucho. Tiene algunos pasajes muy muy graciosos y reflexiones interesantes.

Yo no veo tanto buenismo, creo que hay es una búsqueda consciente del respeto a las ideas del otro y la intención de situarse lejos de los extremos. Los personajes no son taaaan buenos, tienen una cara a y una cara b.

Maria José me señala (con razón) que el maestro es excesivo, casi se le puede elevar a los altares. Valen opina que al final se vuelve bastante arisco. Yo pienso que no, simplemente difiere en opinión con su amigo. María José cree que no se escuchan, que están como estamos los humanos, cada uno contando lo nuestro y que no nos den la barrila con opiniones ajenas, pero yo no lo veo así. No le hace ni puñetero caso cuando le dice que no lea El capital (Mª José). Claro es que esto es así efectivamente: tú das tu opinión y luego el que te escucha va a hacer lo que le parezca oportuno (yo).

A mí me encanta cómo solucionan la madre y la mujer los problemas: meten a Mateo en la cárcel y ya está. Las mujeres de este libro me han parecido la personificación del sentido común. Me ha gustado mucho como las iba dibujando, diferentes cada una, pero con esa característica común.

La parte más dramática es la muerte de Conchita, ahí sufrimos un poco todos (M. José). Incluso más duro que cómo aborda la guerra (Yoli).

No hace sangre de la muerte de Conchita, se le pasa enseguida (M. José).

Valen cree que Mateo se desentiende de los hijos. Eso está bien porque sería lo que hiciera un tipo de principios del siglo XX, aunque ahora sería impensable.

Para M. José la visión del burdel también es muy buenista también, es el último escalón de la escala social. Yo creo que entonces estaba más asumido el papel de las prostitutas e integrado en el pueblo su papel más que ahora y que la pobreza es tal que no hay mucha diferencia en los estratos sociales: Lázaro apenas tiene para comer y es un maestro pagado por el Estado.

Laura también cree que el burdel antes estaba mucho más normalizado en los pueblos. Todo el mundo veía quien entraba y salía.

M. José cree que trata a las prostitutas con mucho afecto, las llama “puticas”, meten el dinero en la Ínsula, etc. Es verdad que son demasiado acogedoras (yo). Conchita va a aprender allí las artes amatorias (Yoli). Ella también cree que hay idealización. Jonatan también piensa que son demasiado buenas.

Manu opina que el reflejo de la época lo trata bien. El vivió en un pueblo y destaca la influencia del maestro en la sociedad rural analfabeta. Un buen maestro y las circunstancias, podían marcar la vida de un niño.

M. José dice que era difícil porque los niños salían de la escuela muy pronto puesto que había que trabajar.

La idea de utilizar la historia de las cabras y las ovejas que leen para animar a la lectura a través de la comisión científica, me parece muy buena.

Valen destaca el papel de Ernesta, revolucionaria a muerte (que le recuerda a su hermana). Es capaz de montar una revolución contra el propio Mateo. Le gusta mucho ese personaje.

En una comuna tiene que haber una así, no todo puede ser buen rollo y acuerdo. Es un personaje real, exagerado, pero necesario.

Todo tiene un punto exagerado (Yoli) Tiene un punto surrealista, berlanguiano (yo).

Laura cree que es un elogio a la transmisión oral de la cultura. Se ve que el maestro hace lo que puede, pero es a través de la oralidad, de alguien contando lo que atrapa a la gente.

Amable, agradable, tierna, dulce son los adjetivos que habría que aplicar a la novela. Para mí tiene una estructura narrativa currada, está bien escrita y es diferente.

M. José pregunta por qué se encama Mateo. ¿Está deprimido? Yoli cree que no puede desarrollar su inquietud, todavía no sabe qué es y cómo va a desarrollarlo, le falta algo.

Hacemos algún chascarrillo sobre la técnica de sacarle de la cama de Conchita.

Valen cree que una depresión no tiene una causa inmediata. Se siente identificado con Mateo cuando le preguntan sobre el futuro, el devenir de los tiempos. Igual que él que es ciego, no sabe qué va a desarrollarse después, qué va a ser trascendente y que no, no tiene perspectiva. Le pasó con la pandemia. También se identifica con la ínsula el quiere vivir independiente de España, se deprime al ver la tele y las noticias le hacen infeliz, así que, no las ve.

Yoli pregunta si las bibliotecarias nos hemos sentido identificadas con la cabra bibliotecaria. Es muy bonito como reparten los carnés por los pueblos.

Jonatan cree que lo mejor es la parte en la que se encama. Más que depresión es una fábula. No tiene ningún incentivo en la vida.

M. José comenta que tuvo una tía que se encamaba de manera crónica para conseguir un electrodoméstico.

En la búsqueda de la luz para leer, Jonatan se ve reflejado; algunas de nosotras, también.

Hablamos del bajo nivel de lectura de los estudiantes de Educación porque M. José ha leído el dato. Comentamos que en general se lee poco. Yo creo que en general no llega el fomento de la lectura. Lo mejor: leer con los niños en casa. La lectura obligatoria genera el efecto contrario: desanima a leer, opina Jónatan.

Se saca el tema de si nos gusta leer en la playa y cómo.

Valen nos cuenta que lee mucho en el móvil.

Y volviendo al libro, nos llama la atención que Mateo solo lea El Quijote y a Marx.

A Laura le gusta que no se personalice a los animales.

Felipe comenta que los de la comisión científica se preguntaban si eran los del pueblo los que les estaban engañando.

A Valen no le gusta lo que destripan los títulos. A mí sí, por el homenaje al Quijote.

Volvemos a hablar de Ernesta, un personaje muy quijotesco y del terrateniente, al que convencen para vender el terreno para construir la ínsula, que es una idea más práctica que revolucionaria.

La idea de la Ínsula es muy bonita (irreal dice M. José 😊).

También hay guiños en la repetición de adjetivos para referirse a las personas, lo que remite al formato oral de la obra (Laura). Se habla de cosas que gustarían a personas mayores (Laura). En este sentido, Jónatan señala que a la gente joven no le llegaría nada este libro.

Valen y Jónatan se animan a intentar leer El Quijote y M. José se propone El capital.

Hablamos de las próximas lecturas y de la serie sobre El problema de los tres cuerpos.

Y para este mes de abril, empezamos con Lecciones de química, pero eso es ya otra historia de la que nos ocuparemos en la próxima entrada. ¡Hasta entonces!

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Personajes y temas de «Cervantes para cabras, Marx para ovejas»

Fotografía «La España vaciada» de Gabriel Fdez. en Flickr (CC BY 2.0 DEED)

Quizás esta novela trate sobre todo del poder de la lectura como instrumento de desarrollo, de los libros como herramienta civilizadora y de salvación, de la cultura como motor para avanzar.

Por mucho que, por supuesto, esta sea también una historia de amor y amistad, así como una fotografía en blanco y negro de aquella España rural, dura, pobre y analfabeta en la que comer era un lujo, pero donde se disfrutaban las pocas alegrías que la vida presentaba.

Porque todo se ve tamizado a través del humor y las situaciones más dramáticas pierden el tono trágico para hacernos esbozar una sonrisa mientras asistimos al baile del pueblo, a las idas y venidas del cartero (haciendo escala en La Venta del Buitre) o a la recepción de la comisión de investigación llegada de la capital para determinar la veracidad de la influencia de la lectura en el ganado, al más puro estilo Bienvenido Mister Marshall. 

¿Quizá toda la obra tenga un puntito berlanguiano?

También hay reflexión política, sobre todo en las discusiones que al final mantienen Lázaro y Mateo, el primero escéptico ante la utopía socialista que el segundo pone en pie y este, defensor a ultranza de la Ínsula Esperanza como lugar en el mundo para los agricultores del pueblo, convencido de haber puesto en marcha la estructura social ideal de los trabajadores.

Discuten desde el respeto, sin violencia ni acritud, reconociendo cada uno los argumentos del otro. Una gozada leer sus controversias pacíficas, pensando en los años oscuros que vendrán a continuación.

Y es que son dos personajes a los que es fácil engancharse.

Mateo, deprimido, curioso, enamorado o revolucionario idealista es un hombre tierno y capaz, a quien los libros abren los ojos para mostrarle infinitas posibilidades de futuro.

Lázaro, maestro de vocación, entregado a su profesión, a sus alumnos y a la ardua labor de acabar con la ignorancia en el mundo rural, recuerda un poco al Machado profesor, intelectual brillante, pero humilde que renunció a los focos y llevó una vida de provincias. Frente a Mateo, es la voz de la experiencia, el pensamiento sosegado y sereno, el consejero perfecto.

Conchita (el personaje femenino más desarrollado) ve en Mateo, incluso cuando se encuentra encamado, algo distinto a lo que conoce, un hombre diferente a los demás, con quien se divierte y disfruta, lo cual no impide que personifique el sentido común (en general, como todas las mujeres de la novela). Me encanta la respuesta al cuestionario que devuelve a Mateo al acabar la relación epistolar:

«Construir una casa ⊠ (Tiene que ser muy calentita y con todas sus ventanas).
Tener dos o tres hijos ⊠ (Suficiente con dos, ya tengo bastantes hermanos pequeños).
Criar un gato gordo y muy manso ⃞ (Ya sabes que no me gustan los gatos en casa).
Viajar a París ⃞ (¿Y el huerto y las cabras, zoquete? ¿Quién se ocupa de ellos?).
Cultivar un jardín de verduras ⊠ (Para eso, lo mejor será que tú te mudes a La Nava de los Ángeles).
Hacer vacaciones en el mar ⊠ (Si es por pocos días, bueno).
Etcétera.
Nota: marcar y devolver al remitente. (Hecho)».

De entre los papeles secundarios destacaría a Don José Escobar, «terrateniente y propietario de la Dehesa Baja», que es capaz de renegar de sus ideas cuando descubre en Mateo un hombre cabal, razonable y honesto (aunque también el vino ayude ;))

Aparecen algunos estereotipos marcados, como el cura libertino, las prostitutas cariñosas, el novio rico y bruto…

Por último, no podemos dejar de comentar la aparición estelar de personas reales en la obra, bien vinculadas a la literatura, como Juan Ramón y Zenobia Camprubí (a los que describe tal como debieron ser: él un pusilánime; ella una mujer que vivió por y para su marido) o Miguel Hernández, cuyo retrato cercano es perfectamente reconocible; bien a otros ámbitos, como el toreo, que presenta a Manolete como un tipo simpático de mente abierta.

El jueves tenemos nuestra cita virtual de marzo (con pelín de retraso), de la cual dejaremos también resumen aquí.

¡Hasta entonces!

 

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Contexto y tramas de «Cervantes para cabras, Marx para ovejas»

«Rebaño», fotografía de Alejandro Mateo en Flickr (CC BY-NC-ND 2.0 DEED)

La historia transcurre entre principios de la década de los 30 y 1936. Nos encontramos en los años previos al estallido de la guerra civil, un momento histórico convulso en el que dos concepciones del mundo romperían el país en dos.

«Al final sí hubo guerra. Fue una guerra como todas las demás, larga, sangrienta, caprichosa e incomprensible«.

En un pequeño pueblo en mitad de la nada, entre Córdoba y Granada, la España rural, ignorante y pobre se esfuerza en avanzar y lucha por sobrevivir.

«Él se conformaba con lo que ya había conseguido: el que un pueblo entero, aquel en el que vivía y se llamaba Abra, se hubiese volcado con la lectura de El Quijote y El capital, dos libros capaces de resucitar a un muerto, de poner algo de materia gris en el hombre más obtuso, necio y conformista». 

Por lo que se refiere a las tramas, la principal la constituye la propia vida de Mateo, en tres fases, con su respectivos hilos argumentales:

  1. La profunda depresión en la que cae que le lleva a un prolongado «encamamiento», las sutiles maniobras de Conchita para devolverle a la vida y la influencia de la lectura y los libros, descubiertas gracias al nuevo maestro del pueblo en su recuperación.
  2. La idea de hacer pasar por científica la teoría de Mateo sobre la preferencia de las cabras ante la obra de Cervantes y de las ovejas ante la de Marx como actividad de fomentado de la lectura en el pueblo, a la que sigue la reconquista del amor de Conchita, su boda y el crecimiento de la familia.
  3. La fase revolucionaria de Mateo en que se inventa la Ínsula Esperanza donde los colonos se autogestionan con éxito, pero en la que pierde a Conchita justo antes de que empiece la guerra.

Completad con vuestros comentarios lo que falte, por favor.

¿Seguimos en la próxima entrada analizando temas y personajes?

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«Cervantes para cabras, Marx para ovejas» de Pablo Santiago Chiquero

Hay libros que hay que leer porque tienen un título al que no te puedes resistir.

Aquello de que semejantes autores «sean» para dos especies animales (a las que inevitablemente asociamos unas cualidades concretas), picó nuestra curiosidad desde el primer momento. aunque hay que decir que no hay una explicación clara del origen de las preferencias de unas y otras por un determinado autor.

Queda científicamente probado, eso sí, que en ambos casos, la lectura es beneficiosa para el rebaño 🙂

A partir de esta premisa y con las continuas remisiones al Quijote, yo reconozco que me he entregado sin condiciones al disfrute.

Pablo Santiago Chiquero

Aunque estamos ante otro autor que se estrena en la novela, a este periodista y escritor se le reconoce oficio como narrador, con una prosa cuidada, pero sencilla y directa, diálogos frescos y personajes creíbles cuyas aventuras y desventuras discurren ante nuestros ojos como si estuviéramos en el teatro.

Todo ello aderezado con mucho humor, que siempre se agradece y endulza la imagen de una España analfabeta que está a punto de romperse.

La obra

Es un libro diferente, con una estructura de capítulos al más puro estilo cervantino que constituye un homenaje a la lectura y a su poder transformador y presenta los temas que siempre nos ocupan como el amor o la amistad, a través de peculiares personajes entrañables que todavía creen en la humanidad.

El ambiente rural en el que transcurre la acción, se describe con detalle: con sus poderes fácticos, su escuela, los olivares, las vides, el mercado, los bailes.. La fotografía auténtica de la vida en los pueblos de una España que ya no existe.

Aquí tenéis la información consultada.

Seguimos analizando contexto y tramas en la próxima entrada. ¡Hasta entonces, comentad lo que queráis!

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Resumen cita virtual sobre «El último caso de William Parker»

Empezamos incluyendo las palabras de Jónatan, que estaba en Ginebra por trabajo y nos mandó su opinión sobre la obra.

Para él es un libro bien escrito que va de más a menos: se lee de forma fluida. No se ha aburrido con textos de relleno o innecesariamente estirados, y los diálogos (y pensamientos) de las primeras páginas le han parecido ingeniosos.

Luego todo son demasiadas coincidencias, no le ha emocionado, no le ha resultado intrigante. En resumen, un libro escrito correctamente, que si bien tiene todos los elementos asocaidos a una novela negra, no refleja tensión, sufrimiento o intriga. Y sí ha habido una parte que le ha aburrido, pero evidentemente era necesaria para construir la historia: desde que muere Andrea hasta que Fernando le corta la cabeza; además de que es un doble salto mortal de incredulidad la forma en la que ella muere (te empujo y te mueres, sin más) así como la forma en la que Fernando «nace» como asesino en serie, cuando accidentalmente le corta la cabeza.

Y lo del padre que busca «curarle» la homosexualidad a la hija llevando a un hombre a su casa no lo ve. ¿De verdad un padre va a hacer algo así?, ¿una madre va a aceptarlo, al menos en principio? ¿Y la hija se deja llevar sin más? Como tampoco ve la historia del asesino del ascensor, y que milagrosamente fuera el detective Parker quien descubre a la homicida del primer ascensor.

Si William Parker es tan buen detective, ¿de verdad pudo creer por algún momento que el vagabundo era el asesino? Pero si no tenía ni medios ni motivación. Por no hablar del relleno de la parte del tenis. El único momento de tensión (y posterior engaño, con la falsa muerte de Jennifer) es cuando William tiene que elegir a quién dispara, aunque es evidente a quién va a disparar.

A Fres le parece que Alfaguara ha perdido el norte. Es de lo peor que ha leído. Le ha parecido muy mala, manida: mal contada, mal construidos los personajes, con topicazos de trazo grueso. No la salva por ninguna parte. La peor de largo que hemos leído en el club, piensa.

Las disquisiciones del periodismo que hace Fernando Fons, son espantosas.

A Laura también le ha parecido de poca calidad, la ópera prima de un chaval joven que se ha metido en la novela negra que ahora está muy explotada. Desde el principio te presenta al asesino. El policía es tontísimo, no entiende que sea un tío reputado.

Todo se construye con tópicos, la historia no hay quien se la trague. Lo único interesante que parecía que iba a tener interés es la relación entre dos de los asesinados, pero no va a ningún sitio. Es una obra fallida, no está bien escrita.

A Fabiola le dieron miedo las primeras páginas. A ella no le pareció tan mala en el momento, entró en la historia y le pareció entretenida. No le gusta el principio.

A mí me parecía más prometedora al principio. No sabe salir (Fres), se hace mucho lío. Es muy confusa.

A Valen le pareció el principio muy tópico. Enseguida ves quien es el asesino. Le parece poco verosímil que el policía se apunte tan rápido al nuevo caso, después de su depresión. A partir de ahí le parece más entretenida, se lee fácil, sin tener gran calidad literaria. Es un libro un poco flojo, sin más. Es plano, lineal. A él si le ayudan las fechas en cada inicio de capítulo; a mí me parece que no es necesario marcar tan pesadamente la fecha.

Mª José no daba crédito a que lo haya publicado Alfaguara. Creía que era un fake.

Le gusta el inicio y a partir de ahí, William Parker le parece insoportable. Es un personaje muy flojo y no te lo crees. El asesino se ve enseguida. No importa lo que pasa por el medio. Hay unos capítulos en los que hay una historia más antigua que relacion a los personajes muertos (Fres) pero no se sabe a qué viene para qué. Lo último que le ha incordiado es la gracieta final en que dice que no sabe por qué los músicos se ponen a escribir. Leer, se lee rápido.

Hace alarde de la documentación (Fres): como va vestida la policía cuando entra en la escena del crimen. Introduce datos estadísticos (yo)…

Fres cree que la relación entre Fernando y Andrea es absurda. Coge como cachos de aquí y de allá. Opina que la editorial ha entrado en una fase de deriva (Fres).

Manu coincide con la crítica. Es oscura, farragosa, por asesinatos que no quede, cuanta más sangre y más decapitación, mejor. Lo único bueno es que matan y a veces, resucitan. Tampoco entiende que se la hayan publicado. No hemos avanzado en el club con esta lectura.

Fres, destaca lo gracioso de la postura de los decapitados. Los asesinatos son absurdos, cómo le da tiempo a hacerlo (Laura). Los asesinatos son malos, la investigación es mema. Los personajes son sosos.

No hay hilo. No hay explicación para las posturas.

El asesinato del 2017 es ridículo. Es muy rocambolesco.

Que la detective sienta empatía con el asesino y se líe con él, no resulta verosímil.

A Valen si le gusta la historia de los ascensores, cómo el asesino obliga a matar a la gente. Esa era buena idea.

 A Fabiola le recuerda a La ballena azul un juego en que se daban tareas que tenían que hacer los jóvenes (tipo challenges, retos).

Laura cree que no ha leído mucha novela negra, ha visto mucha película, describe escenas. Más bien ha visto series que películas (M. José): la resucitación le recordó a esos personajes que entran y salen. A Fres le ha parecido absurda, poco fina. Ha ido ensamblando historias sin tino (Laura). No ha conseguido crear el clima. Abre historias y las deja colgando.

Fres echa de menos la presencia del alcohol.

Los policías son todos muy tontorrones (Laura)

La escena de cómo se hace periodista Fernando Fons, es una estupidez: descubriendo que su padre engaña a su madre.

Yoli recuerda que en una conferencia de Gómez Bárcena, dijo que tomaba muchas notas para escribir y luego les daba forma. Creemos que en este caso, se han perdido esas notas.

Jonatan se incorpora desde Ginebra. La escritura le parece limpia y el inicio parecía ingenioso, pero luego pincha. Lo que ocurre no hay por donde cogerlo, sobre todo la parte de Fernando.

Todos los que mueren tienen vinculación con él, pero no se sabe cómo ha matado ni nada.

Seguimos comentando todos los temas que también nos parecen inverosímiles: la homosexualidad, la violación, etc.

Los sospechosos son lamentables (Jónatan). Los nombres son flojos también (Fres).

No está nada currada, no hay nada de elaboración intelectual. No se entiende que la editorial publique esto.

Para acabar, comentamos un poco el próximo libro Cervantes para cabras, Marx para ovejas y el estreno de la serie sobre El problema de los tres cuerpos y charlamos un rato sobre inteligencia artificial.

Jónatan nos cuenta que ha empezado Un verdor terrible y nos recomienda que le echemos un vistazo.

Hablamos también de Irene Solà y de incluir alguna lectura suya. Yoli dice que tiene mucho apego a la tierra, es lírica y muy física a la vez. Fres y ella nos recomiendan Me diste ojos y miraste las tinieblas.

Y Fres nos cuenta que va a leer también los relatos de la escritora norteamericana Deborah Eisengerg, que se han publicado por primera vez en España.

Nos despedimos un poco a la francesa porque interviene Leia, mi gata y se nos descabala la sesión de Teams 😊

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Temas y personajes de «El último caso de William Parker»

«Crimen», fotografía de Daniel Lobo en Flickr (CC BY 2.0 DEED)

Como en toda novela negra que se precie, en esta historia hay, claro, asesinos de mente perturbada y policías que intentan pararles los pies, descripciones de interrogatorios y comisarías, detalles sórdidos de cadáveres y cuerpos enterrados en lugares inhóspitos.

Entre todo ello, se intercalan algunas historias de amor, en general truncadas, como la breve,  pero intensa relación entre William Parker y Jennifer Morgan o la que mantienen Sarah Evans y Karla Mendoza, que además sirve al autor para destapar los prejuicios y la ignorancia en torno a la homosexualidad, que llevan a un padre incluso a ofrecer a su hija en bandeja a un patán.

En ese abuso, en la violencia que se ejerce sobre Sarah, hace especial hincapié Escrivà, llevando a su protagonista a tomarse la justicia por su mano, incriminando a los implicados con pruebas falsas. 

Relacionado con todo ello, vislumbramos distintos tipos de vínculos familiares entre parejas y también entre padres e hijos. Ninguno especialmente sano, la verdad. 

El personaje principal, William Parker, es el prototipo de policía afligido, que arrastra un pasado terrible que apenas le deja seguir adelante. Un poco visto ya, resulta. Le viene bien retomar su trabajo, concentrarse en un nuevo caso para poder remontar un poco. Es un tipo honesto y justo, aunque no duda en manipular pruebas para condenar a quienes se podrían librar de la ley.

Fernando Pons el periodista reconvertido en camarero que echa de menos su trabajo de investigación como reportero y acaba inventando sus propias noticias, es un joven con muchos traumas, falto de cariño, un personaje poco creíble en mi opinión.

A Jeniffer Morgan no la conocemos mucho, más allá de su relación con el protagonista y su conversión como infiltrada. Curiosa me parece, la empatía que siente por Fernando Pons.

El padre de Sarah Evans, Arthur es el más perturbador de los personajes. Violento y manipulador, incapaz de querer a su hija tal como es, está dispuesto a lo que sea por «apartarla» de sus inclinaciones sexuales. 

La madre, Grace, aunque es la única que se comporta con normalidad ante el amor que su hija siente por Karla, tampoco actúa con valentía y su falta de acción, encubre las acciones deplorables de su marido.

Logan Owens es otro tipo repugnante, dispuesto a violar sin ningún miramiento, solo porque otro hombre le da permiso para hacerlo.

Por último hay que hablar de Andrea, esa niña mala que finge ser amiga de Fernando Pons y le marca de por vida, a la que no consigo creerme en ningún momento y cuya brusca desaparición, me parece tan poco elaborada, que casi hasta me molesta.

Alrededor de todos ellos, circulan policías y forenses muy estereotipados, de los que aparecen en cualquier thriller de serie al uso. 

Comentaremos más en nuestra próxima cita virtual, aunque, como siempre, aquí también podéis incorporar lo que os parezca.

¡Gracias!

 

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