«El verano sin hombres»: personajes y temas

Fotografía «El penúltimo paseo» de Laula en Flickr (CC BY-NC-ND 2.0)

Algunos de los temas y los personajes de nuestra lectura de febrero, han ido ya apareciendo en las entradas anteriores, claro, pero vamos a dedicarles un poco más de espacio y de tiempo, que bien lo merecen.

A nosotros los Cinco Cisnes, nos han enganchado desde el primer momento, como grupo animado y activo que se apoya y se hace compañía, fuertes aunque vulnerables y para colmo grandes lectoras…, pero igualmente cada una de ellas por separado, con sus propias manías, historias y personalidades: George, que presume de haber superado los cien años; Regina, la más cosmopolita, culta y ligona; Peg, la madre de seis hijos y numerosos nietos, dulce y familiar; Abigail, maestra de manualidades que se confecciona su propia ropa y esconde una vida paralela, abierta y libre, en el interior de sus obras de arte; y Laura, la madre de la protagonista, lúcida, autónoma, refugio de su hija y consuelo de sus amigas, que arrastra la pérdida de un hermano en la infancia.

Ellas ponen voz a uno de los temas de la novela, la «ancianidad», que decía Conchi en un comentario anterior, la vejez y la muerte. Todas sobrepasan los ochenta y arrastran sus achaques con dignidad, conscientes de las limitaciones que les imponen, pero sin rendirse. Dejan una imagen de resistencia y de alegría contenida, envidiable. Aunque también en su compañía asistimos al inevitable deterioro y al triste final.

Mia, el personaje principal de la obra, experimenta una profunda transformación desde el inicio, en el que ella misma se presenta como enajenada y fuera de sí tras la ruptura matrimonial, hasta la mujer que recupera las riendas al final de la novela. Culta, sensible, nos gusta sobre todo por su capacidad de ironizar incluso sobre sí misma, su sentido del humor y su voluntad de salir del agujero. Ella encarna la soledad, el dolor y el sufrimiento ante el abandono, pero también la voz feminista del relato, que pone sobre la mesa las teorías «científicas» que determinan algunos de los tópicos aceptados socialmente en lo que al quehacer de las mujeres y los hombres se refiere.

También a través de los ojos de Mia, visualizamos el acoso entre niños, en su propia infancia y en el grupo de preadolescentes del taller. Recuerda el estupor y la incomprensión ante la injusticia con la que fue maltratada ella para intervenir en el problema que se le presenta ahora como adulta y profesora.

La misma protagonista es testigo de otro de los temas que flotan en la historia como una amenaza: la violenta relación de sus vecinos, que no acaba mal del todo, pero que durante el verano está latente y la mantiene alerta. Lola se convierte en su amiga, probablemente porque son muy diferentes: es tranquila, dulce y sosegada. Ella y los niños introducen ternura y otro tipo de compañía en la vida de Mia.

También la doctora S. resulta un personaje muy importante para ella, le aporta confianza y seguridad, el consejo especializado de alguien que actúa como pilar a partir del cual puede empezar a remontar.

En cuanto a Boris, el marido que huye, también sufre una mutación durante el verano sin hombres. Parece muy seguro de las decisiones que toma en un principio, solo preocupado por la relación con su hija, para irse desinflando a medida que vamos avanzando en la lectura hasta presentarse como absolutamente arrepentido de haber dejado a Mia y muy dispuesto a reconquistarla.

Todos tenemos en mente algunos casos de personas (generalmente hombres) que a determinada y complicada edad, deciden dejarlo todo y enamorarse de otra (casi siempre más joven) en detrimento de una relación estable y sana, con muchos años a sus espaldas. En esos casos, pocas veces hay un final feliz para la abandonada, pero como esto es ficción, Mia puede, si quiere retomar su matrimonio.

Un personaje curioso y bastante incomprensible, en nuestra opinión, es el misterioso «Don Nadie» que acosa y da conversación a partes iguales a nuestra protagonista. ¿Cuál es su papel? Podríamos hacerlo desaparecer de la obra y no dejaría rastro ¿no?.

Las adolescentes, por su pare, cumplen con su rol y cuentan con todos los requisitos de la edad: hablan y visten igual, actúan en manada y pueden ser muy crueles.

Y de entre los personajes secundarios, nos quedamos con Flora esa niña curiosa e imaginativa, pura energía a la que adoptaríamos sin dudar.

¿Vosotros?

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8 respuestas a «El verano sin hombres»: personajes y temas

  1. Valen G J dijo:

    Yo aún sigo leyendo el libro. Voy a esperar un poco a avanzar un poco más para leer los comentarios. A ver si llego para el jueves…

  2. Fer dijo:

    El libro me ha encantado.
    El personaje que más me ha gustado es Abigail, con su rebeldía a puntadas secreta y coincido con vosotras en que el más extraño es «Don Nadie». También son los dos que más curiosidad me han despertado y de los que me gustaría conocer más.

    • Novelerías dijo:

      ¡Bienvenida, Mª Teresa!. Qué bonita esa manera de describir su «rebeldía a puntadas». Abigail es un personaje que engancha, sobre todo por su inconformismo. De los Cisnes, sin duda, el más interesante. Daría ella sola para otra novela, efectivamente. Y Don Nadie, un misterio… ¡Gracias!

  3. Manu dijo:

    Tambien a mi el libro me ha gustado pues tiene una variedad de temas que la autora trata con sus personajes de una manera sensible , irónica y con cierto humor. Destacaria ademas de la ruptura y posterior recomposición de la relación entre Mia , la protagonista, y su marido Boris, tema central de la novela, la vejez a traves del grupo de mujeres «los Cisnes» en la residencia , tan de actualidad en nuestros dias , asi como la preadolescencia con el grupo de chicas asistentes al taller municipal de poesía.
    Preguntas por el personaje «Don Nadie» , tambien a mi me resulta extraño y creo que la autora introduce como un guiño al lector , a lo largo de la novela , aunque ahi queda para otras interpretaciones , pues un libro es el resultado de tantas obras como lectores tenga.

  4. BAQUERO GOMIDE, FABÍOLA dijo:

    Mia era una grand heroina…
    Las pérdidas que Mia vive y nos cuenta en la novela me hacen pensar en la relación entre muerte y ‘locura’ en nuestras vidas. Las pérdidas / muertes que ocurren en las historias de los personajes son responsables de cambios importantes en sus vidas.
    Hazme reflexionar sobre cómo las pérdidas / muertes nos hacen evolucionar, crecer o volvernos locos …

    • Novelerías dijo:

      Es cierto que el dolor de la pérdida nos puede llevar a la locura. La ausencia y en este caso el abandono, son elementos desencadenantes del proceso de enajenación mental transitorio de Mia… Y es que… qué tenue es la línea que separa la lucidez de la psicosis ¿no os parece?. Alguien perfectamente equilibrado puede cruzarla. Los límites se desdibujan cuando la pena nos aplasta…

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