Cita virtual sobre «El verano sin hombres»

A veces la lectura compartida se disfruta mucho más que la individual ¿no os parece?

Una docena de noveleros nos juntamos ayer para hablar de nuestro libro del mes y pasamos un buen rato comentándolo, la verdad (gracias a Felipe por la foto, que yo siempre me olvido)

Antes de nada, incluyo las opiniones de Valen, que no pudo acudir, pero nos hizo llegar por correo:  le ha gustado el libro, los giros narrativos, las tramas y los personajes, agradeciendo un feminismo «no atroz». Un poco más cuesta arriba se le han hecho las digresiones de la autora.

Se nos incorporó Fabiola, estudiante de doctorado, que enriqueció nuestra charla con su experiencia como psicóloga.

Lucía empezaba diciendo que le había gustado mucho, que se había enganchado y le había resultado fácil de leer. Le había recordado a Jane Austen y había disfrutado con los Cisnes. Ella se ve en la vejez parecida a estas ancianas entrañables…

A Felipe le ha gustado la historia y la forma de narrar, aunque reconoce que se ha saltado alguna de las reflexiones en las que se enfrasca la autora. Le ha parecido realista.

Manu señala que los hombres tienen poco peso y se les presenta infantiles y superficiales, sin embargo, destaca que la autora conoce muy bien a las mujeres y describe perfectamente las diferencias entre ambos sexos. En este sentido el cree que los hombres se encuentran más limitados en la vejez, las mujeres tienen más recursos, más comunicación, más temas que les interesan. Le gusta especialmente cómo Mia resuelve el conflicto de bullying, primero sacándolo a la luz y después actuando y llevando a las chicas a hacer un ejercicio de empatía que entre hombre sería imposible.

A Fres no le ha gustado mucho, le ha supuesto el mismo «tormento mental» con el que Mia define la fase que ha atravesado Boris. Los personajes le han parecido simplones y un poco ridículos, no le recuerdan a la profundidad de los de Austen: una pija neoyorquina, un marido guapo, una hija maravillosa. Salva un poco más a los cisnes, aunque le parece que también daban más juego…

María José, se ha reído y divertido con la obra. Le gusta mucho que Mia llame «la Pausa» a la amante de su marido, al que considera un calzonazos. También como se trata la crueldad entre las adolescentes  y piensa, como Fres que las ancianas podrían haber dado más juego, sobre todo Abigail la mujer reprimida, cuya historia de amor apenas llegamos a vislumbrar. Destaca las reflexiones sobre el cuerpo calloso del cerebro y sobre los genitales femeninos. Todos estamos de acuerdo en que son las mejores de todas las que se hacen a lo largo de la novela. También nos habla de los dibujitos de la autora adornando el texto.

A Conchi le ha gustado aunque encuentra un desequilibrio importante entre la profundidad  y la frivolidad de Mia. También alude al aspecto cultural de las ancianas norteamericanas, que eligen donde quieren pasar la vejez frente a lo que pasa en nuestro país donde los mayores son llevados a residencias, sin posibilidad de elegir y comenta que le ha llevado a pensar en la situación actual de estas personas durante el coronavirus. 

La adolescencia está tratada en su opinión con frivolidad y de los malos tratos se pasa un poco de puntillas.

A Kim le ha gustado cómo aborda la autora el acoso y piensa que Don Nadie es un trasunto de la propia Mia, en lo que coinciden Fabiola y Yolanda.

A Celia sobre todo le gusta el hilo conductor que supone atravesar las diferentes etapas de la vida de una mujer, cómo Mia viaja al pasado para encontrarse y la camaradería entre las féminas. Le decepciona el final con la vuelta de Boris. 

También establece un paralelismo entre el matrimonio de los padres de Mia y el suyo con Boris. Hay una continuación entre el padre y el marido.

A Laura le ha gustado al final, aunque le costó entrar y señala como tras la crisis, Mia intenta estar bien y se abre a todas las mujeres con las que se encuentra en Bonden, no las juzga, solo les entrega un cariño incondicional. 

Fabiola nos dice que le parece que trata historias muy actuales y reales y que en lo que a la violencia de género se refiere, ella esperaba que explotara, que se concretara físicamente en algún momento.

También es Fabiola quien introduce el tema del suicidio, que supone un antes y un después en el matrimonio de Mia y Boris. En su experiencia en consulta, el trauma que supone un hecho dramático de estas características puede explicar la crisis matrimonial.

Comentamos entre todos si la  ruptura de las parejas a determinada edad por la inclusión de terceras personas más jóvenes, se produce más entre hombres o entre mujeres. En principio parece más habitual entre hombres, pero Manu señala que cada vez más ocurre también entre mujeres.

Recordamos un fragmento de la obra en el que Mia habla de que su relación se rige más al cabo de 30 años de matrimonio por el conocimiento del olor y los sonidos del otro, por lo cotidiano y volvemos a plantearnos si estas cosas se aprecian de forma diferente entre hombres y mujeres.

Aunque en general no entendemos que Boris vuelva casi dignificado al final de la novela. Fabiola le salva un poco porque piensa que es sincero, que reconoce que necesita una pausa, que por otra parte, a Mia no le viene del todo mal. No hay ruptura total y ese resquicio le da una cierta esperanza que parece servir al final para rescatar al marido que la abandona.

Yoli no ha llegado a empatizar con Mia y eso le ha marcado un poco toda la lectura.  No le gusta su inseguridad y la aceptación de ese lugar secundario del que se queja, pero que asume y tiene interiorizado.

Hablamos sobre si Mia cree que ha triunfado, si siente que tiene el reconocimiento que merece. Yolanda y Laura creen que sí, que no está descontenta. Yo, sin embargo, pienso que hay demasiado sarcasmo en sus alusiones al premio literario conseguido y muchas comentarios sobre obras que no le han publicado, un cierto rencor…

Esto nos lleva a hablar de un tema sobre el que la autora insiste mucho: el establecimiento de compartimientos estancos entre arte, creación, humanidades versus ciencia pura y los roles en los que la mujer se ve encasillada.

Al final solo son autónomas las ancianas, los personajes más libres, dice Yoli. Y Flora, la niña más pequeña, aunque como comenta Fres, todos quieres que se quite la peluca… Esa presión sobre lo que debe o no hacer una niña que veíamos en el discurso de Siri Hustvedt en los Princesa de Asturias…

Yoli opina que aunque los hombres no tienen un papel fundamental ni siquiera en el título, las sombras de todos ellos son muy alargadas. Estamos de acuerdo: el padre de Mia, Boris, Stefan, Pete e incluso Harry, el hermano de Laura que muere cuando ella es niña y cuya ausencia arrastra toda la vida y que coincide con las palabras de la misma Mia que nos recuerda Manuel: «algunas personas se apropian simplemente del espacio».

En relación con esto Fabiola también recuerda que Mia cuando llega al apartamento en Bonden es cuando se da cuenta de que ella nunca ha tenido ese espacio y señala que la contradicción que no nos gusta entre la Mia intelectual/racional frente a la que vuelve con su marido, es de lo más humana.

Nos echamos unas risas en torno a la afirmación de Mia sobre que las bibliotecas son «fábricas de fantasías sexuales» y recordamos algunos otros pasajes en los que la autora hace gala de su sentido del humor, como el que añado a continuación o la visión de Boris y la pausa en el laboratorio con las ratas corriendo alrededor.

Fres vuelve sobre el personaje de Abigail y lo poética que resulta su manera de expresar la rebeldía en el interior de sus labores. Reflexionamos sobre la necesidad del personaje  de sacar a la luz lo que está oculto justo cuando se encuentra al final de sus días. 

Comenta también que justo ahora se acaba de estrenar una película de Arturo Ripstein sobre un matrimonio mayor que tiene buena pinta.

Lucía afirma que a ella el final feliz le ha encantado porque le gustan este tipo de historias que acaban bien como en las pelis de Netflix o como en otras comedias clásicas (señala Yoli) como «La pícara puritana», con cuya cita inicia el libro autora.

Como veis dio para mucho la quedada de ayer y seguro que algo me habré dejado…

Ojalá tengamos muchas reuniones como esta por delante… ¡Gracias!

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Una respuesta en “Cita virtual sobre «El verano sin hombres»

  1. Fres dijo:

    Hola:
    a mí me leísteis otro libro con vuestras aportaciones 🙂 . Me resultó estupenda la reunión con un montón de visiones distintas y muy inteligentes. No me extiendo porque entonces escribo otra entrada ja ja ja
    Un placer compartir ese rato, muy enriquecedor y muy divertido.

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