Había que hacer un hueco entre nuestras lecturas al último Premio Nacional de las Letras ¿no os parece?.
Reconozco que me siento un poco en deuda con Landero, casi algo culpable, porque seguramente he sido injusta con su obra. Después de Juegos de la edad tardía, que siendo un buen libro, siempre me pareció sobrevalorado y nunca me apasionó, confieso cierta pereza hacia sus novelas. Es algo que no puedo explicar con argumentos razonables y eso me fastidia mucho. Porque es, sin ninguna duda, un novelista inteligente y capaz, un magnífico escritor que maneja el oficio y sabe muuuuucho de literatura… Pues bien… yo no consigo engancharme, no me emociona, no sé qué me pasa con él.
Supongo que con los libros y los escritores ocurre como con las personas: algunas nos llegan más que otras. Hay gente que nos encanta sin que lleguemos a entender bien por qué y personas que no nos gustan, sin motivo alguno.
Al menos me queda la conciencia tranquila de haberlo vuelto a intentar y la seguridad de que vuestras lecturas aportarán a la mía muchos matices que se me habrán quedado por el camino.
Quién sabe, quizá después de oíros, me anime con la siguiente 🙂
Luis Landero
Escritor y periodista reconocido por la crítica y el público, con una decena de novelas a sus espaldas y otros tantos premios, fue guitarrista flamenco en su juventud.
Maneja el lenguaje con precisión, lo cuida con mimo y utiliza las palabras exactas con la capacidad de quien sabe bien cómo hacerlo.
Es un narrador solvente y honesto con mucha buena lectura en la mochila, cuyo mayor mérito, en mi humilde opinión, es el uso magistral de la ironía.
Una historia ridícula
Con esta obra he tenido claros altibajos: me costó empezar, luego consiguió interesarme, después hubo otro parón y finalmente con el crescendo final, retomó mi atención.
Lo mejor (y ya con eso merece la pena haberla leído) es que me ha hecho sonreír en más de una ocasión; la deliciosa historia de los insectos, que me parece un regalo; algunos personajes de los que ya hablaremos largo y tendido; y la surrealista escena dramática final.
Y en la parte negativa, que diría Chicho, las digresiones filosóficas del protagonista y su supuesta historia de amor: me resulta inverosímil desde el minuto uno, no lo puedo evitar.
Aquí tenéis la recopilación de enlaces que pueden resultar de interés (siempre para después del libro).
Ganas de leeros y escuchar vuestra opinión.
Adelante, comentad lo que queráis.