Temas y personajes de «Una historia ridícula»

A ver si soy capaz de hacer recuento de los temas que trata Luis Landero en esta novela, porque habla de todo un poco ¿no?. Las disertaciones filosóficas de Marcial son variopintas y se intercalan continuamente en el relato.

Empieza dando su opinión sobre las ofensas y las disculpas, que él percibe como un mal menor, como una solución que no le convence para enseguida centrarse en el odio, del que habla en repetidas ocasiones y que compara con el amor (en su opinión se puede generar a primera vista, crear la misma necesidad y ser igualmente correspondido).

Hay un poso de acoso infantil en todas las peculiaridades del personaje protagonista que incluso marca el desenlace de la obra. Se trata de un tema recurrente que Marcial recuerda una y otra vez: lo que le han humillado, cuántas veces se han reído de él, lo mucho que le han ofendido…  ¿Y su solución para superar todos los problemas?:  el desprecio a los demás.

Muy divertido me resulta el inciso para hablar de su falta de fe y la convicción sobre su capacidad destructiva sobrenatural…

También se trata el amor, claro. El protagonista se enamora de una mujer a la que ve brevemente una sola vez, de la que no conoce nada. Se describe a sí mismo como profundamente enamorado prácticamente desde el momento en que coinciden. A mí esta historia me resulta especialmente inverosímil, me parece más bien una obsesión. Y a su manera, también se siente enamorado de las otras dos mujeres con las que se relaciona.

Y es curioso, porque siempre que habla de amor y de lo que perturba, de lo que desbarata la vida, surge la idea de matar al ser amado para evitar el sufrimiento (le pasa con Suárez, le pasa con Pepita…)

Cómo comportarse en sociedad es otro tema que preocupa a Marcial: estar a la altura de las circunstancias, brillar sin destacar, así como sus relaciones problemáticas con los demás: las tensiones con la mesonera y el vecino, ponen otro toque de humor a la novela.

A la envidia y la hipocresía se dedican sendos discursos, como al morbo que suscita lo sanguinolento de su profesión.

La amistad, tiene su propio capítulo, igualmente mezclada con rivalidad y envidia. Las emociones, tal como las percibe el protagonista, nunca son algo puro y hermoso, siempre se ven ensombrecidas por algún otro sentimiento o pasión más oscuros.

Me gusta el cuento y el recuerdo de Kafka, que luego en la reunión se analiza desde perspectivas muy literarias, en las que surge de nuevo todo el peso de la ironía del autor. Como ironía respira también la capacidad de análisis artístico de Marcial buscando en internet para fingir conocimientos en la materia.

Por lo que se refiere a los personajes, Marcial resulta difícil de describir, yo diría que Landero ha construido una especie de monstruo, recogiendo características y formas de pensar de personas conocidas. Completamente contradictorio: acomplejado, pero a la vez seguro de sí mismo; preocupado por lo que los demás piensan de él y sin embargo, misántropo vocacional. Se trata de un tipo raro, con incontinencia verbal que parece mayor, anticuado tanto en su forma de hablar, como en su alabanza del honor o de la seriedad como actitud; concienzudo, con un “sentimiento trágico de la vida”.

Pepita no le pega ni un poquito. De clase alta, nivel cultural y entorno social desahogado, no tiene nada en común con este matarife peculiar. ¿Pretende solo burlarse, como él piensa? Pues yo creo que no, que simplemente le da bola sin que le importe lo más mínimo.

Natalia, la prostituta-amiga es la única que tiene y le dice las cosas claras. A Merche la describe casi con una pincelada que no necesita más: es una buena chica, una mujer sencilla que le aporta estabilidad.

El doctor Gómez viene a ser ese recurso literario que hace las veces de supuesto receptor e instigador de los escritos de Marcial, contrapunto cuando este lo necesita.

Me gusta el personaje de Vicky, la mujer hiperactiva y excesivamente solícita con quien todos hemos coincidido alguna vez 😊

Y hasta aquí mi reflexión.

Completadla si os apetece.

En cualquier caso, hablaremos de todo ello el próximo jueves.

¡Hasta entonces!