Temas y personajes de «Intemperie»

Rebaño

Fotografía Rebaño de cabras -Melnik- de Diego Muñoz en Flickr (CC BY-NC 2.0)

*Aviso: es preferible no leer la entrada si no se ha leído la novela.

En esa línea de contar poco y no añadir demasiados datos, los protagonistas de la novela son escasos y no hablan mucho. Por no tener, ni siquiera tienen nombre conocido y se les denomina exclusivamente por su oficio o condición:

– el alguacil, la sombra maligna que sobrevuela toda la historia, causante de la fuga del niño, al que persigue sin tregua, aparece físicamente bien avanzada la novela, dejando tras de sí un rastro de chulería, abuso de poder, violencia, sangre… y volviendo a aparecer en el pasaje final en la posada, donde el miedo de su víctima describe mejor que nada, la violencia y absoluta inmoralidad del personaje.

– el cabrero, hombre rudo, de pocas palabras, con años de experiencia y sabiduría, solidario y honesto que no duda en ayudar al niño que huye, del que no sabe nada. Apenas entabla diálogo con él, lo justo para enseñarle a manejar el rebaño, para apremiar al muchacho o para aportar humanidad: «Hay que encontrar al inválido antes de que los cuervos le maten». Ejerce de maestro del oficio y de figura moral. Su encuentro con el niño, no solo le salva la vida, salva su alma.

– el chico, nacido en la violencia, entregado por los suyos al poder que abusa literalmente de él. Emprende una huida desesperada a través del llano en la que ni la sed ni el hambre ni el sol le parecen suficientemente duros, comparados con su vida en el pueblo. Es un ser desvalido que se topa con un hombre bueno que le ayuda sin hacer preguntas y le convierte en un superviviente. 

– el tullido, otro tipo deplorable que no se lo piensa a la hora de entregar a un inocente y cuyas limitaciones físicas, parecen un reflejo de su alma tarada. Un personaje animalizado, infrahumano que recuerda a los del esperpento de Valle-Inclán.

– los ayudantes del alguacil, uno de ellos el único con un amago de nombre: el Colorao, por su pelo. Con poco peso en la historia, funcionan como una extensión de la violenta sombra de su jefe, obedientes, embrutecidos y borrachos sin conciencia. 

Luego está el medio natural, la tierra, el llano como personaje o como tema. Quizás las dos cosas, porque su importancia en la historia es tremendo, actuando como catalizador del sufrimiento y del dolor del pequeño. A todo lo que arrastra, a los abusos de los que huye, se suman la sequía, el calor, la falta de sombra, el secarral inacabable, que parece una extensión de su propia angustia.

Además, hay que hablar de excesos y agresiones que incluyen tanto el abuso infantil como la violencia de género, descritos con extremo realismo, de manera muy gráfica, pero sutil: «Un preludio comunal para el cinturón gastado del padre. Hebilla cobriza tajando el aire podrido de la cocina, tan veloz como incapaz de devolver destellos» (pág. 14)  «Una hendidura que era como una daga que asomaba de las entrañas del tonel solo para la garganta de la madre» (pag. 44), «Condujo al chico por los hombros hasta la mesa y le ordenó que pusiera las manos, separadas, sobre la tabla» (pag. 193)

Otro asunto en el que se basa el personaje del alguacil es el despotismo, la arbitrariedad de quien mueve los hilos, de quien ostenta algún tipo de poder. Ese cargo remite a una posición de superioridad, de prerrogativa sobre los miserables habitantes del llano, que se ven sometidos a sus desmanes y viven bajo su yugo: «Le dijo que hasta allí no iba a ir nadie a comprarle su miserable leche y que tendría que haberle hecho más caso cuando, en su día, le llevó a ver los lugares en los que debía pastorear. Le recordó sus palabras de entonces: Cerca pero fuera». (pag. 99)

Y en el lado más amable de la novela, el respaldo incondicional del viejo al niño, la solidaridad, el apoyo, la prueba de que incluso en el páramo de la violencia y la mandad más profunda, puede encontrase alguna bondad, amparo humano. 

Podemos hacer también una reflexión sobre la sabiduría de la experiencia, el equilibrio y la sensatez de la madurez, características del cabrero: «Guárdate de la gente del pueblo» (pag. 126)

Y hay que hacer una mención a la fe cristiana del mismo personaje: «Cristo también sufrió» (pag. 120) «También él es hijo de Dios» (pag. 162) «¿Me pondrás la cruz?» (pag. 168) quizá en relación con su comportamiento caritativo frente los cadáveres de los malos…

¿Nos dejamos algo?

Esperamos vuestros comentarios…

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6 respuestas a Temas y personajes de «Intemperie»

  1. Anónimo dijo:

    Hola:
    A mí el libro me ha gustado mucho.
    El lenguaje es tan escueto y exacto como áspero el paisaje y el paisanaje. Es casi un análisis de la supervivencia de dos seres tan endebles, que produce entre un desasosiego y un deseo de liberación que se ve plasmado en ese final, tan esperanzador en última instancia.
    Un saludo,

    • Novelerías dijo:

      Nos alegra que te haya gustado. El lenguaje es exacto, tal como dices. Tan acertado y potente que es capaz de hacernos sentir la desolación de personajes y entorno ¿verdad?. Gracias por tu aportación.

  2. Manu dijo:

    Hola, poco que añadir Marta a tu exhaustiva descripción de los personajes de la estupenda y dura novela que es Intemperie.
    Como tema a añadir de cierto optimismo que a mi me trasmite la novela es, la lección de educación en la supervivencia que nos da a través de los personajes del cabrero y del niño, en pleno contacto con una naturaleza no precisamente amable ahora que nos planteamos como conservamos el planeta.

    • Novelerías dijo:

      Una reflexión interesante, Manu. Este podría ser perfectamente el paisaje de una novela postapocalíptica en un planeta que ya nos hayamos cargado. En eso también me recuerda mucho a «La carretera» de McCarthy: un entrono hostil en el que sobrevivir como sea. ¡Gracias!

  3. Fres dijo:

    Hola. No he podido terminar la novela pero tengo la suerte de repetir su lectura. Me llevó de inmediato (otra vez) a recordar los Santos Inocentes de Delibes. Un retrato de huida y supervivencia frente a esa España de mierda de servilismo, prepotencia, machista, analfabeta, chula…
    El protagonismo también de un paisaje hostil, maravillosamente descrito, que los maltrata y a la vez es aliado de los protagonistas porque los oculta y los protege.
    Una buenísima elección.

    • Novelerías dijo:

      Sí, Fres, el alguacil es primo hermano del señorito Iván: tirano indecente, cacique explotador de una España oscura y mísera, que afortunadamente hemos dejado atrás.
      El paisaje también como aliado… pues quizás sea a la vez amigo y enemigo, bien visto… Quizá porque es el medio natural del cabrero, su hogar, lo que mejor conoce. Eso les permite refugiarse en los únicos puntos en los que pueden esconderse (las ruinas del castillo, por ejemplo) o encontrar el agua necesaria.
      Una buenísima sugerencia de lectura, gracias.

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