Resumen-testamento de la cita virtual sobre «Cervantes para cabras, Marx para ovejas»

Empezamos constatando que los chicos últimamente empiezan a ser mayoría.

A Felipe le ha gustado sobre todo la primera parte. Porque además parte de su familia era de un pueblo de Jaén y su abuelo era analfabeto y cabrero, iba con las cabras al campo, tenía un bidón enorme donde se metía de refugio cuando hacía malo y así pasaba los días. Esa parte de la descripción le ha gustado bastante y la historia, sobre todo hasta la boda con Conchita.

El primer tramo es muy divertido, lo demás ya es más normalito y del final, que se veía venir, le gusta que no se haya puesto a describirlo mucho. Simplemente dice qué va a pasar y ya está.

A mí me parece que el tono es buscado y aséptico, sin extremismos ni dramatismo y se agradece, porque se centra en otra parte que también fue muy importante en esta época y que señalaba también Conchi en su comentario: esos profesores, los maestros, protagonistas de unas iniciativas pioneras de alfabetización en el campo.

A Manu le ha causado una impresión agradable y señala que sí, que efectivamente marca el papel de los maestros, cómo ha ido evolucionando en España y su labor impresionante, contado con sencillez, con situaciones muy realistas. Le ha gustado que sea tan respetuoso.

Y le parece muy de valorar que en el sueño del intelectual socialista se reflege una realidad: que al final se requiere también el papel del señorito, del capital junto al papel del trabajador. Lo de la guerra civil lo define como una cagada. Las guerras antes ahora y siempre serán cagadas, así de claro y en este aspecto, le parece muy bien cómo lo termina.

Jónatan coincide básicamente con lo dicho antes. Es un libro agradable, no le ha enganchado que es lo que él busca en la literatura, pero se lee bien, es una lectura muy amena que ilustra una época.

Tiene esa pérdida de chispa o de alegría al llegar a la boda. Hasta ahí hay una cierta tensión, pero luego en la segunda parte (que se ve venir y tiene su lógica, con la construcción de la Ínsula Esperanza) es más flojilla y el final, también como habéis dicho, con mucho tacto lo deja ahí: llega y se cierra el libro.

Piensa que lo de las lecturas de Cervantes y Marx nos ha llamado bastante a todos al principio y le da bastante juego. Tiene su encanto la visita de los científicos, con los que él se siente identificado, para ver cómo resulta que aprenden o escuchan las ovejas y las cabras. Le ha gustado, pero ha echado en falta que el libro le enganche, le atrape, que quiera leer otra página y otra, que es lo que él le pide casi siempre a un libro de ficción.

Yoli está de acuerdo con los compañeros. Cree que la intención es que sea un libro divertido, un homenaje a Cervantes, al Quijote, por la estructura de los capítulos y las relaciones/conversaciones de Lázaro y Mateo.

Para ella es básicamente una fábula que trata de reivindicar el poder de la lectura, del conocimiento y por eso la sitúa justo en esa época en que la República española intentó muchos cambios a partir del esfuerzo individual y personal de muchos intelectuales, como el profesor Lázaro, de la Institución Libre de Enseñanza…

Le ha resultado a veces muy tierno, con esta ingenuidad y estos personajes que son un poco alocados. Le parecen muy graciosos y le recordaban a la película Amanece que no es poco, también a La lengua de las mariposas.

Comento que esto también lo ha señalado Fres en su comentario del blog.

De la segunda parte, que a otros les parece más floja, a ella le llama la atención, le parece interesante que en esa especie de comunidad socialista utópica, (más que comunista) se reivindique la fuerza que tiene el grupo para crear. Le parece muy tierno creer que la comunidad pueda llevar a cabo un proyecto. El libro acaba con el proyecto, puesto que acaba con la guerra que puso fin a todos los proyectos…

También destaca que le parece increíble que se leyera El capital de Marx, porque todavía El Quijote es divertido, pero con la lectura de Marx sí que pensó que el libro era una fábula. Y tiene su gracia que justamente El capital le guste a las ovejas que son más gregarias.

Le ha resultado una obra agradable y en momentos muy divertida con los personajes que andan pululando por ahí, el experimento de los animales…

A María José lo que más le ha gustado ha sido el título. El libro no le ha entusiasmado nada. Es muy fácil de leer y lo ha leído muy deprisa. Para ella está lleno de buenismo. Le parece un problema que a la gente la pinten desde un único color, cuando somos todos muy parcelados. Esta gente tan buenísima le revienta, no puede con ella. Tampoco le han gustado los encabezamientos de los capítulos porque a ella El Quijote le gusta pero ya lo he leído yno necesita que el autor le repita aquello de “Del capítulo en el cual nos encontramos que Mateo va viene y se rompe una pata”. Le parece un vulgar plagio sin más, así lo ve.  

El personaje que más le ha divertido ha sido Ernesta con su trabuco y su interés por que Stalin se pasara por el pueblo.

La lectura es sencilla, es verdad y un reconocimiento a proyectos educativos y demás, pero no le ha enganchado demasiado. Es entretenido y divertido lo de las ovejas y las cabras, será porque son muy simples las ovejas o algo por el estilo.

Mete muchos personajes, pasa por allí todo el mundo: Juan Ramón y su Platero, La Barraca…  demasiadas cosas en el puchero; algunas están bien, pero con otras solo se aprovecha del conocimiento que tiene de la época.

A Laura le ha parecido original. Para ser una primera novela piensa que está bien escrito. Hay un paralelismo muy grande con El Quijote. Es una crónica, el narrador no se moja, se relatan los hechos de un hombre que tiene sus ideas, pero en vez de hacerlo a través de locura, lo hace a través de la cordura que él siente que tiene y que todo el mundo acepta, precisamente porque lo explica como con una lógica aplastante, aunque nadie tenga ni idea (ni él mismo) de cómo van a resultar las cosas.

Ella cree que empieza muy bien cuando se va a encamar porque lo de los encamados era una realidad. Eso le ha parecido un punto de partida muy original que te atrapa un poco. Luego ya todo es demasiado buenismo, pero también son unas relaciones muy normales, no son nada radicales, excepto Ernesta que tiene que ser la nota de politización del experimento colectivo, para aportar verosimilitud.

Le ha gustado y le ha parecido que está bien, que es entrañable, aunque demasiado bueno también. Piensa que la labor alfabetizadora de la cultura está muy bien traída.

Fresnedo en su comentario decía también que le había gustado, que le recordaba a las dos películas antes citadas

A Valen le ha gustado mucho, le ha parecido muy curioso. Se le ha hecho largo el final, hasta que se mete en la comuna es más rápido, vivo y ameno, más gracioso. Aparte de ser diferente, se hace una apología de la lectura y de forma ingenua se intenta mostrar cómo con ideas peregrinas se pueden conseguir cosas muy importantes. En general la lectura le ha parecido muy fluida y amena y lo ha disfrutado mucho. Tiene algunos pasajes muy muy graciosos y reflexiones interesantes.

Yo no veo tanto buenismo, creo que hay es una búsqueda consciente del respeto a las ideas del otro y la intención de situarse lejos de los extremos. Los personajes no son taaaan buenos, tienen una cara a y una cara b.

Maria José me señala (con razón) que el maestro es excesivo, casi se le puede elevar a los altares. Valen opina que al final se vuelve bastante arisco. Yo pienso que no, simplemente difiere en opinión con su amigo. María José cree que no se escuchan, que están como estamos los humanos, cada uno contando lo nuestro y que no nos den la barrila con opiniones ajenas, pero yo no lo veo así. No le hace ni puñetero caso cuando le dice que no lea El capital (Mª José). Claro es que esto es así efectivamente: tú das tu opinión y luego el que te escucha va a hacer lo que le parezca oportuno (yo).

A mí me encanta cómo solucionan la madre y la mujer los problemas: meten a Mateo en la cárcel y ya está. Las mujeres de este libro me han parecido la personificación del sentido común. Me ha gustado mucho como las iba dibujando, diferentes cada una, pero con esa característica común.

La parte más dramática es la muerte de Conchita, ahí sufrimos un poco todos (M. José). Incluso más duro que cómo aborda la guerra (Yoli).

No hace sangre de la muerte de Conchita, se le pasa enseguida (M. José).

Valen cree que Mateo se desentiende de los hijos. Eso está bien porque sería lo que hiciera un tipo de principios del siglo XX, aunque ahora sería impensable.

Para M. José la visión del burdel también es muy buenista también, es el último escalón de la escala social. Yo creo que entonces estaba más asumido el papel de las prostitutas e integrado en el pueblo su papel más que ahora y que la pobreza es tal que no hay mucha diferencia en los estratos sociales: Lázaro apenas tiene para comer y es un maestro pagado por el Estado.

Laura también cree que el burdel antes estaba mucho más normalizado en los pueblos. Todo el mundo veía quien entraba y salía.

M. José cree que trata a las prostitutas con mucho afecto, las llama “puticas”, meten el dinero en la Ínsula, etc. Es verdad que son demasiado acogedoras (yo). Conchita va a aprender allí las artes amatorias (Yoli). Ella también cree que hay idealización. Jonatan también piensa que son demasiado buenas.

Manu opina que el reflejo de la época lo trata bien. El vivió en un pueblo y destaca la influencia del maestro en la sociedad rural analfabeta. Un buen maestro y las circunstancias, podían marcar la vida de un niño.

M. José dice que era difícil porque los niños salían de la escuela muy pronto puesto que había que trabajar.

La idea de utilizar la historia de las cabras y las ovejas que leen para animar a la lectura a través de la comisión científica, me parece muy buena.

Valen destaca el papel de Ernesta, revolucionaria a muerte (que le recuerda a su hermana). Es capaz de montar una revolución contra el propio Mateo. Le gusta mucho ese personaje.

En una comuna tiene que haber una así, no todo puede ser buen rollo y acuerdo. Es un personaje real, exagerado, pero necesario.

Todo tiene un punto exagerado (Yoli) Tiene un punto surrealista, berlanguiano (yo).

Laura cree que es un elogio a la transmisión oral de la cultura. Se ve que el maestro hace lo que puede, pero es a través de la oralidad, de alguien contando lo que atrapa a la gente.

Amable, agradable, tierna, dulce son los adjetivos que habría que aplicar a la novela. Para mí tiene una estructura narrativa currada, está bien escrita y es diferente.

M. José pregunta por qué se encama Mateo. ¿Está deprimido? Yoli cree que no puede desarrollar su inquietud, todavía no sabe qué es y cómo va a desarrollarlo, le falta algo.

Hacemos algún chascarrillo sobre la técnica de sacarle de la cama de Conchita.

Valen cree que una depresión no tiene una causa inmediata. Se siente identificado con Mateo cuando le preguntan sobre el futuro, el devenir de los tiempos. Igual que él que es ciego, no sabe qué va a desarrollarse después, qué va a ser trascendente y que no, no tiene perspectiva. Le pasó con la pandemia. También se identifica con la ínsula el quiere vivir independiente de España, se deprime al ver la tele y las noticias le hacen infeliz, así que, no las ve.

Yoli pregunta si las bibliotecarias nos hemos sentido identificadas con la cabra bibliotecaria. Es muy bonito como reparten los carnés por los pueblos.

Jonatan cree que lo mejor es la parte en la que se encama. Más que depresión es una fábula. No tiene ningún incentivo en la vida.

M. José comenta que tuvo una tía que se encamaba de manera crónica para conseguir un electrodoméstico.

En la búsqueda de la luz para leer, Jonatan se ve reflejado; algunas de nosotras, también.

Hablamos del bajo nivel de lectura de los estudiantes de Educación porque M. José ha leído el dato. Comentamos que en general se lee poco. Yo creo que en general no llega el fomento de la lectura. Lo mejor: leer con los niños en casa. La lectura obligatoria genera el efecto contrario: desanima a leer, opina Jónatan.

Se saca el tema de si nos gusta leer en la playa y cómo.

Valen nos cuenta que lee mucho en el móvil.

Y volviendo al libro, nos llama la atención que Mateo solo lea El Quijote y a Marx.

A Laura le gusta que no se personalice a los animales.

Felipe comenta que los de la comisión científica se preguntaban si eran los del pueblo los que les estaban engañando.

A Valen no le gusta lo que destripan los títulos. A mí sí, por el homenaje al Quijote.

Volvemos a hablar de Ernesta, un personaje muy quijotesco y del terrateniente, al que convencen para vender el terreno para construir la ínsula, que es una idea más práctica que revolucionaria.

La idea de la Ínsula es muy bonita (irreal dice M. José 😊).

También hay guiños en la repetición de adjetivos para referirse a las personas, lo que remite al formato oral de la obra (Laura). Se habla de cosas que gustarían a personas mayores (Laura). En este sentido, Jónatan señala que a la gente joven no le llegaría nada este libro.

Valen y Jónatan se animan a intentar leer El Quijote y M. José se propone El capital.

Hablamos de las próximas lecturas y de la serie sobre El problema de los tres cuerpos.

Y para este mes de abril, empezamos con Lecciones de química, pero eso es ya otra historia de la que nos ocuparemos en la próxima entrada. ¡Hasta entonces!

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