Resumen de la memorable cita virtual en torno a «El crimen del vendedor de tricotosas»

La de ayer fue una tarde especial. Era la primera vez que contábamos con la presencia del autor de un libro leído y había muuuucha expectación y algunos nervios.

Fue una gozada. Cruzarse con un tipo como Javier Gómez Santander es un regalo, una de esas cosas que no te esperas y te alegran la vida.

Cercano, simpático, divertido, buen conversador… nos hizo sentir tan a gusto como solemos estar siempre. Parecía un novelero más.

Espero que él también pasara un buen rato.

Cada uno de nosotros preguntó o comentó algo con él y aunque es probable que me extienda sin remedio, voy a tratar de transcribirlo todo.

Empezamos por Fabiola que se declara fan de La casa de papel y le pregunta por el proceso creativo, tanto en la serie como en la película: ¿Cómo surgen esas ideas sorprendentes inusitadas: el oso, los zombis?.

Javier comenta que la escribió saliendo de una depresión, estaba triste, llevaba un mes sin trabajar y se puso la disciplina de escribir para obligarse a madrugar y mantener un horario. Quería hacer un documental sobre la Guerra civil, sobre el aparato de propaganda soviético, pero se aburrió y escribió el primer capítulo de la novela. Aunque al día siguiente intentó volver sobre el tema serio, leyendo los primeros apuntes de la novela, se decidió a seguir. Escribió el libro sin ambición de terminarlo, se iba complicando el nivel narrativo y él solo aspiraba a resolverlo en el siguiente episodio. Igual que en La casa de papel: se cerraba un capítulo y se preguntaba ¿cómo van a salir de esto?. Eso es lo que engancha al espectador. En la serie había un mes para escribir de un capítulo a otro.

La novela fue escrita de forma muy natural, es tan loca porque él estaba de bajón y necesitaba algo que cambiase eso. Es una comedia alocada, escrita en el momento más triste.

Fabiola asegura que la novela le ha proporcionado momentos de risas, le ha parecido muy divertida, le ha encantado, le da las gracias, la enhorabuena y asegura que es «muy placerosa».

Javier y yo comentamos que habría que incorporar esta palabra a nuestro idioma :).

Lucía dice que le ha gustado mucho. Ha estado de bloqueo lector y esta novela le ha parecido fácil, y la ha leído muy rápido, quitando hasta tiempo de estudio. Destaca la crítica política que, según ella, hace un poco de falta en su generación. Pide a Javier que nos recomiende el primer libro que se le venga a la cabeza:

  • 2666 de Roberto Bolaño fue importante para él en la Uni y para los escritores chicos de su generación, por su obra y por la forma coherente que tuvo de vivir la literatura.
  • Dice que regala mucho El salvaje de Arriaga. Trabaja muy bien la sensación de pérdida y de dolor.
  • También recomienda Nuestra parte de noche de Mariana Enríquez.
  • Su novela de siempre: Robinson Crusoe. También Moby Dick.
  • Otro autor que le gusta mucho y ha ganado dos Pulizter en tres años es Colson Whitehead: El ferrocarril subterráneo y Los chicos de la nickel.
  • Maggie O’Farrell: Tiene que ser aquí, Hamnet.

Felipe asegura haber llorado de la risa con el libro, lo cual es bastante raro en él. Ha recibido incluso alguna bronca de su mujer por las carcajadas. Le ha gustado mucho la novela, sobre todo la primera parte. Un amigo suyo le mandaba hace años frases sobre la gente de Santander.

Pregunta a Javier por la voz interior de Daniel. Javier, dice que es un recurso que utiliza mucho, para la comedia viene muy bien, es como un narrador que le da caña, como la voz en off en La casa de papel: sirve para contar cosas de manera sencilla y eficaz a nivel emocional.

A él también le gusta más la primera mitad. Le quedó la duda del final. Escribió la novela en dos meses y la publicó Planeta. Entonces cambió el final. Antes tenía un final menos feliz en el que la pareja no acaba unida. Hubiera sido más realista. Le parece que es un poco Disney (con Furaco de por medio, claro). Le rebajaría también el nivel de violencia. No le hizo caso a su novia, que le dijo que era demasiado sangrienta, pero a él le divertía el libro así y lo dejó, fue muy de víscera. No hubo mucho plan.

Santander es un recurso narrativo recurrente, no puede huir de ello.

Yolanda afirma que es una novela delirante, muy graciosa y coincide con Felipe en que le ha gustado mucho el arranque. Alguna de las reflexiones que incluye le han parecido interesantes y está de acuerdo con la novia de Javier: hay momentos muy gore.

Destaca los puntos de anclaje en la realidad: redes, medios, crisis del ébola (lo escribió poco después) que siguen resonando con la pandemia. La mentira, los fakes…

Engancha porque te preguntas cómo seguirá la novela, si es un derrape total.

El personaje del padre. es su padre, cuenta Javier. A Yoli le encanta tomando cubatas con los ultras.

A Javier le ha servido para volver a reír con él, era un tipo imprevisible y muy gracioso. Comparte con Bogotá (LCDP) su oficio anterior. Es el mejor personaje del libro.

El fallo de la novela, según él, es que se va demasiado al delirio, pero la escribió sin pensar. Hoy habría tenido otro tono. Habría querido quedar mejor. Entonces solo quería enseñar a su pareja lo escrito cada día y dejarse a sí mismo en ascuas. Se va de madre, pero pasas un buen rato.

El tono de credibilidad y la voz de escritura un par de puntos más abajo habrían sido más eficaces, aunque quizá hubiera quedado menos divertida.

Gracias a este libro, se le abrieron las puertas de la ficción y comenzó en La casa de papel. Sin él seguiría trabajando de periodista, que es un oficio muy sufrido.

La realidad puede ser también delirante dice Yoli.

El ritmo del libro es televisivo (Javier). Pensaba él que escribir un guion sería algo así, aunque aún no sabía muy bien cómo era.

Yoli dice que tiene mucho de la rapidez de la oralidad. Le recuerda a la película Airbag.

Valen bromea con su desconocimiento del libro, el lo bautizó de otra manera cuando fue a la biblioteca. Se ha reído con él mucho, veníamos de lecturas de otro tipo, le ha encantado. Si Javier se hubiera contenido más, nos habríamos reído menos. No se pide credibilidad y pese al desbarre hay frases y reflexiones interesantes: subyace un canto a la vida, a la alegría, a disfrutar con los amigos y la familia.

Pregunta cuánto le ha pagado Revilla por hablar de localismos de Cantabria y recordamos al «Sultán» de Hormaechea. Javier recuerda que este nombre era utilizado por sus padres para evitar que se asomara a la ventana y era como el coco cuando era niño.

A Revilla se lo cruzaba cuando salía del colegio y siempre le saludaba porque le sonaba su cara y pensaba que era amigo de sus padres, hasta que su padre le descubrió que era el Presidente de Cantabria, del PRC y se acabaron los saludos. Cuando se encontraba con él ya después, siempre le contaba lo de Furaco como si Javier no supiera nada de él.

Hablamos del oso, que tanto juego ha dado en la novela y de las anchoas que quizá le llevó Revilla a Asturias y de lo que hubiera pasado si se las hubiera comid en la novela.

Mª Jose dice que siente una emoción inconmensurable porque a los autores siempre se le ve desde lejos. Agradece que hayamos intercalado una historia ligera entre las que propongo (que son de sufrir muchas veces jajajaja).

Comenta que le gusta que el título incluya la palabra «tricotosas» porque no la conocen los jóvenes. Javier dice que eso mola porque así empieza con intriga la novela.

Mª José destaca lo divertido que es, que se lo ha pasado muy bien y hay una imagen muy poderosa que no puede olvidar: la de Furaco y el neonazi de los mocos.

El inicio de pringado, de pobrecito del alma (con guantes de jugar y de entrenar) coge una aceleración a lo largo de la novela que está muy bien.

Pregunta cómo a un hombre así tan poca cosa, que quiere a su mujer lo normal, lo bastante, lo suficiente… de repente se le genera una efervescencia asesina. Pero es que le pasan las cosas sin querer, comenta Javier. que dice además que es una metáfora: todo iba bien en 2006 y 2007 y se va al carajo igual que a Pedro Sánchez (pandemia, volcán, guerra). A veces la realidad supera la ficción.

Mª José comenta que el personaje del padre es un puntazo.

Recordamos la genialidad del episodio de Cabárceno. cuando no puede salir del Parque, un momento con el que todos nos sentimos identificados.

Se incorpora Manu desde Mallorca porque no quería perderse la reunión estando Javier. Le ha dado mucha alegría, ha disfrutado y quería regalarle el libro a su hijo, que vive en Brasil.

Javier nos cuenta que del libro solo se hizo una edición. No funcionó y cuando pasa un año y el libro no se le da salida, se convierte en pasta de papel. Ya no hay ejemplares.

Para publicar un libro Javier aconseja hacerlo en editoriales que leas, que te gusten, porque es quien te lo va a editar bien y te va a hacer una portada que te convenza.

Manu quería regalarlo por lo gracioso que le ha parecido y por los localismos que recoge, que al que está fuera le hace especial ilusión leer. Le anima a hacer presentaciones para los próximos libros.

Javier presentó la obra en Santander y en Madrid y le daba como apuro presentarlo más veces.

Los libreros en ciudades pequeñas son grandes aliados de los escritores, si les gustas tienes mucho territorio ganado, afirma.

Celia nos cuenta ha sido un placer la novela, que le ha hecho mucha gracia, llorar de risa en ocasiones. Destaca como especialmente tronchante la conversación entre el últra que cree que ha muerto y Celes. Le gusta el humor del libro, pero también la ironía sobre la sociedad. Contiene frases sobre la vida muy interesantes.

El personaje de Dani, convencional, gris, se va transformando. El padre es un crack no necesita evolución, tiene claro qué es la vida. También le gusta la evolución de María. Dani y ella pasan de estar en piloto automático a vivir, como el personaje de Airbag. Le ha gustado mucho, lo ha pasado muy bien.

Javier habla de ese arco narrativo: todos enfrentamos una contradicción.

En Santander preguntar está mal visto. El conocimiento se alcanza por suposición. Pero para ser periodista había que preguntar, aprendió a preguntar. Ese es su arco narrativo, ese aprendizaje.

Celia plantea que un tipo que lleva toallitas de bebé, después pasa a alojar un cadáver en el maletero. Reflexiona sobre que hay personas buenas que hacen cosas peores en momentos de crisis. Muchas veces los asesinos llevan vidas muy normales.

Javier dice que en La casa de papel pasa igual, que el profesor es un friki apocopado y termina como un superhéroe. Cuanto más se amplia el arco, el personaje se hace más creíble y mejora el entretenimiento.

Yo destaco la calidad de la obra comparada con otras muchas que he leído y la verosimilitud con que se solucionan los momentos imposibles.

Laura, saluda y cuenta que leyó la historia cuando se publicó y le parecía una huida hacia delante cada vez más surrealista. Se preguntaba cómo iba a conseguir acabarla y el remate con Furaco, le pareció ideal.

Yo sigo con mi alabanza cerrada y pregunto si la literatura más cómica está infravalorada. Javier cree que puede ser. Hay una corriente «aburridista» de prestigio en las actividades culturales, gente que habla con «presunción de importancia» cuyo objetivo es aburrir.

Se puede hacer entretenimiento en drama y en comedia.

Se puede ser masivo y tener calidad: El Quijote es la prueba.

La novela es una gamberrada, que le vino bien y le gusta que sea diferente.

¿Alguna otra novela? Alguna empezada. Escribe y le manda los capítulos a las hijas adolescentes de su expareja, los intercambian. Es una experiencia bonita.

Está descansando, necesitaba desconectar después de La casa de papel aunque sigue trabajando en el mundo audiovisual que es de lo que vive. Escribe pensando en guiones.

Celia pregunta por la fama de La casa de papel cómo gestionar ese subidón, la exigencia de seguir haciendo capítulos de calidad…

Javier nos cuenta que es difícil mantener los pies en el suelo. Se convirtió en un fenómeno mundial. La vida cambia y eso que como escritor ha tenido más libertad. De pronto se cuenta con presupuesto, viajando por un montón de países en business y con la policía escoltándote a los sitios… Te distorsiona, hay que hacer una gestión personal importante, aunque es más difícil para los actores. La lectura en cualquier caso es positiva. Te pone a prueba. Tratas con gente muy poderosa, pero cree que lo han hecho medianamente bien, puesto que todos siguen siendo amigos.

No sintió la presión en el momento, pero si mira para atrás, visualiza el estrés vivido. La tensión era mucha, siendo jefe de guion y productor ejecutivo. Todas las decisiones finales pasaban por él: vestuario, escenario, localización, 150 llamadas al día… En el momento no lo notaba, pero después vino como una onda expansiva, de ahí el necesario descanso.

La última en llegar es Kim, a la que ha gustado mucho el libro. Empezó a leer y no pudo parar. Furaco le ha hecho mucha gracia, creía que no era real.

A Javier le parece un piropo que lo más increíble sea cierto.

Hay que bajar al suelo, hay que escribir lo verosímil. Él escribió sobre lo real que no era verosímil. asegura.

Fabiola pregunta si de niño ya escribía así, si tenías esas ideas.

Javier imaginaba, le gustaba y lo sigue haciendo y tuvo un profesor maravilloso cuando tenía 7, 8 años. Les decía que los niños tenían algo que los adultos pierden: la imaginación. Se dio cuenta de que además sirve para trabajar. Que se puede entrenar.

Le damos las gracias y nos despedimos de él, aunque todavía nos quedamos comentando la jugada como media hora más. Puro disfrute, oiga.

En fin, una suerte haber coincidido con el autor de «El crimen del vendedor de tricotosas», que nos ha dejado un poso de buen rollo difícil de olvidar.

Infinitas gracias, aquí tienes para siempre una pandilla de seres humanos entregados 🙂

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6 respuestas a Resumen de la memorable cita virtual en torno a «El crimen del vendedor de tricotosas»

  1. Fer dijo:

    Muchísimas gracias por el resumen. Veo que lo habéis pasado genial y me da mucha envidia, mucha, mucha. Gracias al resumen puedo participar del momento, del buen rollo que generais y de la experiencia de tener al autor delante para vosotros solos. Guauu, es que todavía no me lo creo. Espero que se pueda repetir cuando no tenga clase, claro. Un abrazo y por el siguiente.

    • Novelerías dijo:

      Siento que te lo perdieras, Mª Teresa, lo pasamos muy bien. Tener a Javier con nosotros, todo un lujo. Intentaremos repetir, pero ya te digo que no sé si encontraremos a alguna otra persona con la que estemos así de a gusto. Es encantador. Un abrazooooo

  2. Valen dijo:

    Muchas gracias a Marta por el brillante resumen y el gran trabajo realizado. Sin ella, no habría sido posible conocer «en persona» a Javier Gómez Santander, un lujazo de escritor, guionista y persona. Un abrazo y hasta la siguiente…

  3. M. José dijo:

    Muchas gracias Marta por ese esfuerzo y habernos proporcionado esa oportunidad que creo que no se nos olvidará.
    Sentí no poder quedarme hasta el final, pero las obligaciones mandan.
    Un abrazo,
    MJose

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