Resumen de la cita virtual sobre «El Tercer País»

Cita virtual jueves 24 de marzo 2022 (1)

De nuevo hemos tenido el privilegio de contar con la autora de la novela en nuestra quedada de este mes. Poder charlar en directo con los escritores de las obras que leemos, supone un aliciente más para el club y le otorga un valor añadido a nuestra experiencia.

Su presencia ha completado la lectura, aportado un montón de detalles  e información y enriquecido tremendamente la cita.

Qué gustazo escucharla hablar con pasión del libro, de lo que le preocupa, de su familia cántabra, de su visita reciente a la Universidad de Brown…

Desde aquí queremos agradecer en el alma su disponibilidad y simpatía.

Hemos sabido que le interesan los clubes de lectura que tienen, según ella, un punto de generosidad tremendo. Quedar a leer le parece un plan saludable y además piensa que son una escuela de humildad.

Además crean tendencias, dice Karina. Se establece una red de percepciones.

Nos cuenta que su padre es cántabro, su apellido es Sainz del Río. La familia paterna era de Santander por eso le ha hecho ilusión encontrar nuestro tuit.

Su abuelo era oficial de máquinas, su abuela decía que parecía un «raquerito». Cuando vino por primera vez entendió que en Santander te dedicabas al mar o a los baños de ola. Nos cuenta que siente no haber conocido la zona donde vivieron sus abuelos porque se quemó.

Viene poco por aquí, en primavera abril-mayo, Le gusta la zona del Centro Botín, el paseo marítimo y el único kiosco de prensa bonito que queda en España, en su opinión.

Le explico que somos más, pero no han podido venir algunos de los habituales y ella nos cuenta una anécdota en la presentación de un libro con Lorenzo Silva en que no acudió nadie y se fueron a tomar cervezas.

Felipe saluda solo porque no se ha leído el libro entero.

Laura dice que le ha gustado mucho desde el principio. La redacción, la historia, todo. Que sea intemporal y hasta le da un poco de rabia que al final se averigüe la fecha exacta en que discurre la acción.

Le pregunta por los nombre de las mujeres. Angustias, Consuelo, son simbólicos.

Karina responde que los nombres le gustan complicados. Los de hombre son antiguos y rurales. En las mujeres hay alegoría, igual que en el tiempo y en lo físico. Hay un poco de juego: muchos son nombres de vírgenes. Angustias se gana el nombre a pulso. Es un zarpazo, su madre que no podía oír, le transmite esa angustia. Es puro desgarro.

Los nombres son deliberados.

Críspulo está inspirado en un personaje real, recoge ese espíritu extraño entre amenazante y desvalido. Es una víctima y un verdugo a la vez. No solo por su familia, sino por su violación. Es un nombre extemporáneo. El coplero, Jairo es un nombre de zona fronteriza centroamericana.

Ella recorrió estas zonas (sobre todo Colombia-Venezuela) en la promoción de La hija de la española. Se movió para replicar fronteras, México, San Diego y la de Colombia-Venezuela-Brasil… En una época en la que tuvo lugar una crisis humanitaria, con cierre de fronteras.

Los migrantes atraviesan caminos, ríos. Igual que Angustias, la gente de Mariupol, Kiev, Kabul o quienes huyen de las maras. Ha estado en la Universidad de Brown hace poco y ha hecho un taller creativo con chicos inmigrantes. de tercera generación. Los padres no les habían hablado de ello. A uno de estos chicos, Jonathan, su madre lo dejó con un «coyote» para pasar la frontera, sin teléfono, sin nada, hace 15 años. Cuán desesperado tienes que estar para salir así y en muchos casos huyen no por motivos económicos, sino por miedo. El narcotráfico genera mucha violencia.

Ella intentó buscó una figura de tirano neutra.

Con Angustias y Visitación hay una alegoría de Antígona:  desobedecen una ley, ocupan un lugar ilegal para hacer algo que consideran correcto. Ellas hacen su trabajo épico, trágico, catártico. Es muy alegórico todo, desde el paisaje, a los nombres, lo que cuenta…

Es más racional que La hija de la española. Dice que en aquella estaba poseída por la emoción. Esta está escrita más fríamente, con frases más cortas, pasajes más cortos. Le permitía avanzar en el objetivo de crear una novela alegórica. Nos podemos emocionar con Sófocles en cualquier época.

Las escenas son cortas. En una historia en la que el lector está expuesto constantemente al dolor, a la angustia, al estrés, hay que respetarlo, no agobiar por falta de pericia. No quería empachar con capítulos largos, no quería hacerle salir corriendo. Las escenas más largas son las de Aurelio, que es como el narrador omnisciente: lleva una cámara que recoge todo.

Las frases también son cortas. Trató de reproducir el fraseo del español  de frontera, pero cortó porque no quería aburrir ni agobiar.

Dice que a los periodistas les cuesta explayarse por miedo a no tener espacio,  por tener que entregar o sacar deprisa.

Le pasa al último Premio Alfaguara, Christian Alarcón y también a Jabois, que escribe, según ella muy concentrado, destilado.

A Celia le ha gustado mucho. Esos dos personajes de mujeres tan fuertes, le encantan. Los capítulos son inmersivos: sientes el dolor, la fuerza de esas féminas que han perdido hijos, que viven en un mundo hostil y violento. Le llama la atención la alegría de Visitación conviviendo con la muerte, que hace hasta reír en un momento de drama.

Ahí está el quid de la cuestión, dice Karina. Los dos personajes existen, Ella los exageró. La mujer real en la que se inspira Visitación es una mujer hedonista, presumida, a la que le gusta comer, pero trabaja con muertos. No está autorizada para hacer autopsias, está jubilada, pero después ella dignifica los cuerpos. Con paciencia y sobriedad forra las cajas de los niños muertos. Los difuntos son de ella.

Hay que estar demasiado aferrado a la vida para meterse a ese mundo de muertos. Los desvaríos del personaje fueron explotados por Karina en la obra.

Angustias también es real una chica de 23 años cansadísima, ni lloraba de lo absolutamente agotada que estaba y, como el personaje de la novela, lleva a sus hijos en una caja de zapatos. Karina los vio, con el costurón en el pecho.

Ambos personajes la engancharon aunque todo es ficción y son tan difíciles que le cuesta desprenderse de ellas. En el arranque de la tercera novela que está escribiendo, empieza con una mujer que le recuerda a Visitación. Aunque es del principios del s. XX y parte de la burguesía de una plantación de cacao. Le cuesta mucho quitársela.

Le atraen estas mujeres muy fuertes. Dan mucho de sí. No está en contra de la masculinidad, aunque se alinea en un feminismo más de los años 60: Sontag, Lessing. De igualdad de derechos. En muchas culturas, en Europa o en el Caribe, hay una cierta incomparecencia masculina. La relación con el cuerpo, el dolor, con dar vida… son distintos.

Su padre le pregunta qué problema tiene con la masculinidad, que siempre presenta hombres tontos… Ninguno. Son visiones de la masculinidad. De hecho el alcalde intenta redimirse.

Las mujeres tienen en muchas sociedades un poder en casa que no se expresa fuera. Se encargan de la intendencia, del orden pero no hacia fuera. El mundo exterior es de los hombres.

Ella quería hacer un gran homenaje a estas mujeres, sin escatimar la verdad. Aunque son solidarias, también son crueles. Visitación se lo pone difícil a Angustias. Tiene con ella una relación como la que se tenía con las madres de antes.

El entorno amenazante, tétrico, intentó embellecerlo con lo surrealista, lo onírico. Hay mucha magia con una explicación racional detrás.

Fue difícil de escribir porque lo hizo moviéndose y durante el confinamiento empezó a cortar. Se esforzó en documentarse bien para conseguir verosimilitud.

En la novela la gente no puede enterrar a sus muertos y en la pandemia igual, Lo mismo pasa con el virus. Detectamos algunas claves de lo que está en el aire: un maremoto, Putin, comenta.

La historia del francés viene a decir que elijas lo que elijas, va a salir mal. Si decides plantar cara a los que abusan, si optas por dar consuelo, por enseñar, te vas a enterar, recibirás tu castigo.

En definitiva ella quería que la historia empujara hacia la compasión. El desterrado, el emigrante es la figura clave del siglo XXI y buscaba generar compasión hacia él. Parece más fácil cuando vemos al bebé en Kabul, pero hay historias que nos pasan desapercibidas, de los que se mueven por buscar algún lugar mejor todos los días.

Celia comenta que sí ha sufrido  la asfixia, lo que siente esta pobre gente que huye de la pobreza. Cómo no jugártela cuando no queda otra.

Una de las cosas que le comentaba una chica de las de la Universidad de Brown era que su madre le decía que si la detenían, pasara al otra lado igualmente. Ella lo que quería era dejarla en el «lado bueno». No hay Estado, hay que huir, hay que salir como sea. Lo humano se desdibuja.

A ella la literatura que le interesa es la que supone incomodidad, que duela lo que está escrito.

Los paisajes se embellecen de forma poética, dice Celia. Karina comenta que con el paisaje quería también dar una tregua. Tenía que ser un territorio coherente y se documentó. Dice que hay mucha basura en los sitios de refugiados. Son campos de retención, más que de refugiados.

El paisaje es un personaje más.

A Fabiola, le gustó. Le parece necesario hablar de la muerte y sus rituales. Fue duro de leer, pero la enganchó y la emocionó. Primero pensó que era Europa, luego América del Sur, Colombia.

Ve influencia cultural indígena en el misticismo de la obra.

Le sorprende que un cementerio tenga dueña. Karina aclara que es una invasión más bien. Es un trozo de tierra sin riego que cuando vienen las riadas, se inunda.

Visitación es un personaje enajenado, megalómano. Hay un trastorno de la personalidad, es avasallante. Hay más figuras de mujeres que enterraban (Los Balcanes) que también se ocupaban de robar a los enemigos.

Karina nos cuenta que empezó su periplo en Río para ver la frontera, que es un territorio complicado. Se reconocen trocitos de toda la zona geográfica.

Para la cárcel de mujeres estuvo en México, en Guadalajara. El escritor Elmer Mendoza le había dicho que lo peor que le puede pasar a una mujer allí es que la metan presa. Las rechazan todos: su familia las abandona y dentro, las machacan. El personaje que roba las cajas, no lo hace por maldad sino por necesidad.

Yoli destaca lo alegórico, la parte simbólica, más allá de la realidad y del personaje.

Le parece reconocer Colombia.

Le gustan los dos narradores y pregunta por qué ha elegido a Angustias.

Era la voz más potente, dice Karina. «Me encandila la primera persona» como voz narrativa. Ese comienzo homenaje a Rulfo es prueba de ello.

Conchi agradece que la autora le haya hecho sufrir tanto. En esos episodios cortos ha conseguido removerla por dentro. También agradece la generosidad de Karina en las explicaciones y los momentos de ternura: figurillas de los niños, el pajarito de barro… Reconfortan porque ha sido duro, aunque engancha. Empático por el momento que estamos viviendo.

Conchi ha comprobado que la autora está en toda la novela:  su profesión, su historia…

Cita virtual del 24 de marzo (2)

Interviene Mª Jose que confirma que le ha gustado mucho. Lo ha leído dos veces. Le dice que le parece una autora estupenda y que esperamos mucho de ella, que saque pronto su tercera obra.

Comenta también que la escena del arreglo del hijo de Candelaria, Jesús, la emocionó, le llegó al alma.

Karina se despide, nos agradece la invitación y los comentarios y asegura que cuando venga por aquí, nos escribirá..

Comentamos que ha estado muy bien, lo generosa que ha sido explicando todo.

Hablamos de La hija de la española. Yoli la empezó y no le ha gustado mucho, pero cree que puede que hayan sido demasiadas emociones fuertes seguidas.

Hablamos del puntito de realismo mágico, pero muy verosímil que tiene El Tercer País. Ahí algo que te lleva a la novela sudamericana, dice Laura. Es como una versión actualizada.

Laura ha flipado con que fueran personajes reales.

La escena del hijo de Candelaria que lleva a la mesa del alcalde también es un hecho real, nos cuenta Yoli

Fabiola dice que estas situaciones ocurren en Sudamérica.

Mª José plantea si nos imaginemos un cadáver en la mesa de Gema Igual 🙂

Conchi señala que hay un primitivismo muy fuerte: en Críspulo y los perros, por ejemplo.

Fabiola vuelve sobre el misticismo y la muerte. En Sudamérica se necesita una persona para dejar ir el alma, alguien que ayude.

Hablamos de los miedos, los terrores y fantasmas a un lado y otro del Atlántico, pero Mª José nos recuerda que aquí da más miedo la Guardia Civil que la chica de la curva jajajaja.

El personaje del marido (Laura) tiene un papel secundario y luego su presencia se agranda y sabes que va a ser el detonante. Laura volvió sobre él para ver si se le había escapado algo.

Los nombres son tremendos. Los de los niños son terroríficos y le dan ese toque atemporal a la obra..

Hablamos de que el final de Carmen intriga parece que desaparece, la matan, pero no, la adoptan las tías.

También hacemos referencia a la relación del cacique (de libro) con su mujer y cómo acaban comidos por las pirañas.

Destacamos cómo se cuenta el momento del cruce entre todos los personajes justo cuando se produce el enfrentamiento final. Nos parece muy bien narrado este momento.

La muerte de la madre de Mercedes con dos piedras en el río también es muy intensa. La historia de Estigia en general es muy de novela hispanoamericana.

Las dos historias intercaladas son como los cuentos del Quijote. No te desvías, te da unos tonos laterales muy interesantes.

Hace un gran ejercicio literario, se le nota oficio (Laura). Ha utilizado muy bien los recursos que tenía siendo tan joven. Comentamos que ha leído mucho, se dedica a hacer crítica de libros.

Celia se pregunta quién es el padre de la niña de Consuelo. Aunque casi todas creemos que es Ramiro, tampoco se dice explícitamente. Hay un salto de tiempo, en el que no sabemos qué le pasa a esta mujer.

¿Cuál es el papel de Jairo?. Yoli dice que es la oralidad, que tiene que ver también con el analfabetismo (Fabiola). Canta sobre todo cotilleos.

Conchi cree que ese personaje escenifica el movimiento, él conecta todos los personajes del micromundo en el que se mueven, personifica la movilidad. Ayuda a dar agilidad. A contribuir al movimiento.

Fabiola recuerda situaciones en pueblos pequeños que tienen personajes tipo Visitacion, personas emblemáticas. Todos les piden ayuda. Hacen funciones sociales, todo gira en torno a ellas. Crean los rituales, los misticismos, las creencias. Son curanderas del cuerpo y el alma y la gente cree en ello. La mayoría son mujeres.

Laura opina que Visitación es como la madre tierra, conoce a todos, y sus circunstancias y las entiende a su manera. Jairo es como el observador, el punto de vista de la sociedad, es el que recoge lo interesante, lo que ve. Contrapunto de Visitación, que es un personaje más humano.

El final nos gusta mucho. La solución es bonita y tierna: Angustias se queda con un bebé (Laura). Se cierra el circulo (Conchi) Yoli está de acuerdo, deja un sabor de esperanza.

Fabiola recuerda que trató un niño que tenía muy presente la muerte. Era hijo del dueño de una funeraria. Estaba desde pequeño con los muertos y hacía chistes sobre el tema en el colegio.

La figura del enterrador (Yoli) siempre negra, lóbrega, aquí es energía vital a tope, negrona con ganas de vivir, que no cuadra con esto.

Fabiola comenta que en torno a la muerte hay silenci, no nos gusta hablar de ello Ahora se paga para que te arreglen a los muertos y ese cuidado es importante, para la memoria, para el duelo.

Visitación otorga a los cadáveres dignidad, respeto.

Retomamos la influencia de Antígona.

También hablamos del anonimato de los que están en el cementerio, que coincide con los muertos de la guerra, los enterrados sin despedida en la pandemia…

Angustias será una chica joven pero la imaginamos mayor por el dolor vital que arrastra.

Laura cuenta la anécdota con Elmer Mendoza, que escribió un libro que ella sacó a ciegas y aparecía un personaje con su nombre y apellido: Laura Frías.

Hablamos de Jabois y de Miss Marte como posible lectura para el club.

A Celia le gustan este tipo de periodistas que se van a los sitios, gente que se implica.

Comentamos lo que nos gusta tener a los autores con nosotros y lo que aporta.

Hablamos de los personajes femeninos frente  a los masculinos en este y otros libros.

La vida y la muerte está en manos de las mujeres (Conchi). Los que hacen que las cosas vayan bien o mal, sin embargo, son los hombres.

Señala Yoli que hay poca comunidad en la obra. Es un sálvese quien pueda. Fabiola confirma que allí en Sudamérica no hay comunidad.

A Laura le choca que Visitación rechace a Consuelo, pero es que en general se lleva mejor con los muertos.

Laura comenta que le sorprende también cuando Consuelo llega al hospital. Existen recursos a su disposición, pero ella está de vuelta de todo. Está como en manos del destino. Te ubicas en una sociedad desarrollada, pero por otro lado, ella por sus circunstancias no asimila ninguna ayuda.

Fabiola confirma esto. Cuando atendía a adolescentes en la escuela le contaban vidas muy difíciles: suicidios, sufrimiento sin alternativas, familias con alcohol, violencia, abusos, drogas, pobreza, Viven como animales, sin derechos. Resulta muy cruel, porque no se puede ayudar. Escuchar y poco más. La percepción es que no se puede mejorar. Resulta duro ver que los chicos van a la escuela a comer. ¿Cómo van  a aprender matemáticas o lenguaje?

Los pobres son también duros con los pobres. Como en Viridiana (Yoli). Recordamos a los chivatos de los campos judíos.

Fabiola recuerda la pedagogía del oprimido de Paolo Freire y señala que le ha sorprendido que Visitación sea una mujer de color, porque los negros normalmente están silenciados

Celia comenta que Salvador de Bahía fue uno de los lugares en los que desembarcaron más esclavos negros y Fabiola confirma que hay un gran número de personas de esta raza.

Hemos echado de menos a muchos compañeros hoy y comentamos con Conchi el libro anterior porque ella no estuvo.

Hablamos de futuras lecturas y cerramos la sesión dos horas después de su inicio (de ahí el testamento)

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