Personajes y temas de «Hamnet»

«Hamlet», fotografía de Sheep purple en Flickr (CC BY 2.0)

Hoy vamos a profundizar en los temas que vertebran el relato.

La enfermedad, la muerte, la pérdida y el duelo, podrían formar un primer bloque, en el que se materializa el profundo dolor de los protagonistas. El golpe inesperado marca en sus vidas un punto de inflexión, a partir del cual, nada volverá a ser como antes, afectando de manera diferente a cada miembro de la familia.

Otra línea temática detalla las convenciones sociales establecidas, que chocan frontalmente frente a la libertad de Agnes. El mundo no acepta que se salga de los límites marcados, que decida por sí misma, que no le preocupe lo que digan los demás.

Y esto enlaza con su vinculación a la naturaleza, las plantas, los animales y con su percepción de lo sobrenatural. Agnes puede ver más allá que los otros y eso no gusta, aunque resulta útil. No comprenden este don, no lo arpueban, pero lo utilizan: en la práctica Agnes ejerce la medicina y todos en el pueblo acuden a ella cuando enferman.

También se describen las relaciones familiares, tanto en Hewlands, como en la casa de Henley Street. Ninguno de estos ambientes es amable para Agnes. En su casa, se enfrenta a las exigencias de su madrastra (es una especie de Cenicienta, con mucha más personalidad) y en la casa de su marido, a la hostilidad de Mary y a la violencia soterrada de John.

Pero Hamlet es una novela que trata sobre todo del amor. Como todas, me diréis. Siempre está presente ¿no?. Sí, es cierto, pero en este caso es el hilo conductor de la historia.

Hablamos de diferentes manifestaciones de amor, también como en otras ocasiones, pero esta vez con un papel destacado del materno/paterno-filial, que prácticamente es el motor de la acción.

Esa comunión indisoluble que une a Agnes con su madre y que igualmente ella mantendrá con su hijo durante toda la vida, es la misma que lleva al padre a escribir su Hamlet para rescatar al niño de la muerte.

También hay una preciosa descripción del amor filial, entre Agnes y Bartholomew, que se protegen mutuamente y, sobre todo, entre Judith y Hamnet, que son como un todo en dos mitades, una misma persona dividida en dos partes. La escena en que él decide entregar su vida por la de la niña, es pura belleza, ternura destilada:

«Coge aire, lo expulsa. Vuelve la cabeza, respira echando el aliento en la oreja de su hermana; le insufla su propia fuerza, su salud, su todo. Tú te quedas, le susurra, y yo me voy. Le manda estas palabras. Quiero que te quedes con mi vida. Es para ti. Te la doy».

Por supuesto hay también amor de pareja, romántico y físico. Real en su imperfección, diría yo. No es idílico, está plagado de obstáculos, de problemas y al final, también de ausencias, incluso de infidelidades, pero ahí sigue, inquebrantable. El nexo invisible que a veces ata a dos personas y se mantiene a lo largo del tiempo, cambiando de forma, adaptándose a la vida…

¿No es perfecta la imagen del movimiento acompasado de las manzanas en la estantería del granero cuando los protagonistas hacen el amor por primera vez?

«Las hileras de manzanas se mueven, botan, dan saltos en las baldas. Cada manzana está centrada en un surco hecho a propósito en los estantes de madera que forran las paredes de esta pequeña despensa.

Bote, bote, salto, salto. […]

Las manzanas se están dando la vuelta, aparecen los rabitos por un lado, los cálices miran hacia el otro, vuelven a su sitio, luego se mueven hacia arriba, después hacia abajo. La frecuencia de los golpecitos varía: más pausada, más lenta, más rápida y vuelta a empezar.»

A pesar del título, el personaje fundamental de la novela no es Hamnet, sino su madre. Esa mujer a la vez tan dulce y comprensiva como rebelde, distinta, segura y fuerte, de la que se enamora Shakespeare (y un poco todos los lectores), es una protagonista que deja huella: libre, generosa, sensata, buena… Sufrimos con ella, entendemos su dolor, el vacío y la soledad en los que la muerte del hijo la deja sumida.

A su lado, el preceptor de latín, no consigue escapar de la influencia nefasta de su padre, de la opresión que ejerce en la casa, pero no es él quien se da cuenta de su asfixia, sino Agnes. Está enamorado y su familia es su vida, pero necesita huir lejos de la sombra del padre para crear, para vivir. El genial escritor no se presenta como un héroe, sino como un ser humano con carencias y defectos, que para lidiar con el dolor necesita una vez más, alejarse del hogar y reinventarse un Hamnet en Hamlet.

Judith es una niña delicada y frágil a la que la muerte le arrebata parte de sí misma. Parece no contar con mucho protagonismo, pero en realidad funciona como catalizador de buena parte de la trama. Su debilidad hace imposible la reunión de toda la familia en Londres y, es a través de ella, como la enfermedad entra en la casa.

Hamnet se nos presenta como un niño despierto y responsable, muy unido a su hermana, que deja un recuerdo imborrable en todos los miembros de la familia. Muerto a los 11 años, eterno a través de la Literatura.

Mary, la suegra de Agnes, aparece al principio dura y de trato difícil, pero en la adversidad se acerca a Agnes y le ofrece consuelo.

Eliza, su hija, también es una amiga para Agnes, una aliada en aquel entorno hostil.

Igual que Bartholomew, su hermano, siempre un punto de apoyo, de complicidad y seguridad que ayuda a Agnes a casarse con quien quiere, a comprar la casa, a viajar a Londres. Él siempre está para ella, igual que de niños, ella siempre fue su protectora.

Susanna, la hija mayor, sobrelleva la adversidad con mal humor, no le gustan las dotes especiales de su madre ni su trabajo de curandera, no parece empatizar con nadie en la casa, aunque en la práctica, es un pilar para Judith y su madre.

En la parte negativa, que diría Chicho Ibáñez Serrador :), nos encontramos a Joan, la madrastra, personaje egoísta y mezquino del principio al final de la novela y, por supuesto a John, el padre de Shakespeare, brutal, cruel y deshonesto.

Si hay algo que añadir, no dudéis en comentarlo.

Nos vemos la semana que viene para hablar de este libro delicioso en nuestra cita virtual de abril.

¡Hasta entonces!

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8 respuestas a Personajes y temas de «Hamnet»

  1. Conchi Allica dijo:

    Me ha encantado como se describe el amor filial, por el otro, entre hermanos gemelos.
    Yo como melliza, me he sentido muy identifica, en esa relación que va más allá del corazón y que me une con mi mitad, quien a pesar de vivir lejos, siempre siento cerca, a quien no debo ni tengo que dar explicaciones, a quien percibo como mi otro yo con tan solo mirarnos. Esta relación, solo se puede entender con quien también comparte, o compartió nacimiento, cumpleaños, cada primer día de algo.

    • Novelerías dijo:

      Ah, qué bien que puedas contarnos tu experiencia como melliza. Debe ser muy especial el vínculo que se crea. A mí me parece preciosa la relación de los niños y cómo se cuenta, con qué inocencia, con cuánta belleza.

  2. M. José dijo:

    Yo sigo releyendo y no encuentro la relación entre el Hamlet y el Hamnet. Nada, que debo estar muy espesa, pero esa parte de la novela la sigo teniendo atragantada.
    Un saludo,

    • Novelerías dijo:

      “Si lees ‘Hamlet’ con el punto de vista del hijo muerto de Shakespeare, te darás cuenta de que toda la obra es una carta, un mensaje de un padre en un reino a un hijo que está en otro reino”, advierte O’Farrell. Quizá tengamos que hacerlo así :).
      Para mí es una forma de rescatar al hijo de la muerte. El personaje de Hamlet en el escenario, tal y como describe la propia Agnes, tiene los gestos y los movimientos de su hijo…

  3. Laura dijo:

    Voy a defender a Susanna. Yo creo que se echa a la espalda el trabajo de sacar adelante a la familia haciéndose cargo de las cosas materiales, que ni su madre, que vive en su mundo ajeno a la materialidad, ni su padre, ausente por decisión propia, son capaces de manejar. Su malhumor se entiende en una chica muy joven que ha sufrido mucho viendo sufrir a sus seres queridos, y que adquiere un papel en la familia que no le correspondería en circunstancias normales. Su reacción puede parecer antipática, en contraposición a la «delicadeza» de los otros personajes, pero para mí es solo una manera de enfrentar la vida que le toca.

    • Novelerías dijo:

      Estoy de acuerdo en que asume mucho peso en la colaboración de las tareas caseras y no solo en eso. Creo que además de la intendencia, ella siempre está para su madre y su hermana después de la tragedia. Malhumorada o no, es un pilar fundamental. Sin embargo, creo que su forma de ser es arisca, borde por naturaleza, más allá de las circunstancias familiares (aunque se acentúe ante el dolor). Antes de la muerte de su hermano, su abuela se queja de que no mire a la gente a la cara cuando van a entregar guantes; lleva muy mal los desplantes de los vecinos; detesta el trabajo de curandera de su madre, desprecia profundamente esa faceta de ella… De todas formas, a mí me gusta Susanna. Valoro su sinceridad y falta de hipocresía. No todo el mundo tiene que ser encantador :), sería muy aburrido.

  4. Yolanda dijo:

    Hoy no voy a poder compartir con vosotras y vosotros la puesta en común de la lectura de Hamnet. Y lo lamento, porque me imagino que será tan interesante como en ocasiones anteriores.
    El libro me ha gustado y sorprendido. Estoy de acuerdo en la mayor parte de las cuestiones que ya habéis apuntado y que Marta ha ido resumiendo. A mí unas de las cosas que más me ha gustado ha sido toda la recreación de época que deja traslucir en la narración. Me he sentido constantemente transportada a ese otro tiempo, sin importarme si se ajusta a la realidad de entonces o no. Es muy llamativa la oposición en la descripción entre campo y ciudad, de la que creo que hablaba Fabiola
    Me gusta su delicadeza, y su poética sin renunciar al realismo en los personajes y sus relaciones que podemos todos reconocer. Me gusta que Agnes que puede parecer superior a los demás por esos poderes y esa independencia de carácter, se convierta en un ser absolutamente frágil cuando sufre dolor e impotencia (cuando muere su hijo Hamnet es como si pasara a ser totalmente «terrenal», esa es la impresión que me ha dado). Y todo el trazado de relaciones intrafamiliares, y la comportamiento de cada miembro en respuesta a las mismas. Creo que salvadas las distancias temporales, nos reconocemos también en esto.
    Me han llamado la atención otras cosas como que la novela está escrita en presente, me gusta como narra en dos líneas temporales (una hacia el pasado para entender la otra en presente), hasta que se unen en una sola a raíz de la muerte de Hamnet. Que ese personaje ausente nunca es llamado por su nombre, cuando es el que tenemos presente pues el que ha pasado a la posteridad. Pero (y en esa ausencia), solo le reconocemos por sus roles.
    Por último, sí que entiendo lo de Hamlet: es esa necesidad de recuperar al hijo perdido que dice Marta, de poder homenajearle de alguna forma. Pero claro, en esta propuesta de la autora, consigue que Hamnet pase a ser inmortal a través de la obra.
    Seguro que la cita de hoy más cosas comentaréis. Ya leeré el resumen. Besos

    • Novelerías dijo:

      Como verá,s muchas de las cosas que comentas, se pusieron sobre la mesa en la reunión, sí. Sin embargo, no hablamos de ese tiempo presente en el que se narra todo, que señalas con mucho acierto y contribuye a que nos metamos completamente en la acción. Ayuda a esa inmersión que hemos experimentado todos. ¡Gracias, Yoli! Besos.

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