«Intemperie» de Jesús Carrasco

Intemperie

Este es un de esos libros del que teníamos muy buenas referencias y se encontraba en «asuntos pendientes» desde hacía tiempo. 

No era, sin embargo en principio, una de las seleccionadas para comentar en el club, que quería alejarse un poco de obras ya muy trilladas por la crítica o reseñadas en otros blogs y artículos. 

Pero el azar nos ha llevado a ella y no nos hemos podido resistir ni a su calidad, ni a su belleza.

Y sí, hay muuucho escrito sobre ella, incluso ha dado tiempo a que se publique una versión en cómic y a que se estrene otra en forma de película, pero todo no ha hecho sino enriquecer las posibilidades infinitas que, creemos, va a ofrecer a nuestra lectura compartida.

De lo que hemos leído (y visto), seleccionamos esto, (recomendado, una vez más, para después de leer la novela):

El cultural

Revista de letras

La piedra de Sísifo

Ofreciendo, como siempre, más documentación aquí.

El autor

Toledano de adopción y procedente del mundo de la publicidad, ya había escrito relatos y alguna otra novela, antes del bombazo que supuso la edición de Intemperie, su primera obra publicada, exitazo sin paliativos a nivel nacional e internacional.

Después llegó La tierra que pisamos, Premio de Literatura de la Unión Europea.

Sus recuerdos de infancia y adolescencia en el pueblo y esa formación publicitaria marcan su escritura: por una lado pegada a la tierra, a la naturaleza, al paisaje  y, por otro lado, definida a base de síntesis, de contención, de poderosas imágenes que se muestran con la maestría de quien sabe quedarse con lo esencial, sin escatimar palabras.

Intemperie

Estamos ante una obra de indudable calidad, una magnífica novela y en general esa es la opinión de la crítica. 

Aunque hemos encontrado en alguna reseña que puede resultar lenta y que las descripciones demasiado prolijas o el vocabulario técnico, hacen que parezca pesada.

Nosotros hemos disfrutado mucho ambas cosas, sobre todo en la parte inicial de la novela (sorprende desde el primer momento el poderío del lenguaje que utiliza ¿no?), de tal forma que nos tuvimos que obligar a parar para no leerla de un tirón.

Hemos saboreado algunas metáforas y comparaciones casi con glotonería, apuntando muchas que nos han parecido sublimes o anotado la impresión que nos iba produciendo determinada imagen por su efectividad o por su belleza; por el manejo de lo sensorial y de la descripción. 

Siendo una historia dura y violenta que transcurre en un entorno salvaje, estéril e inmisericorde, tanto en la naturaleza como en el interior de algunos de los personajes, la solidaridad y dignidad del hosco cabrero transmitida al niño, deja una puerta abierta a la esperanza.

Mención aparte, merecen la película y el cómic, claro. Ambos muy recomendables también.

La primera es una obra completamente diferente (os aconsejamos no comparar), con una maravillosa fotografía y estupendas interpretaciones, que os podemos ofrecer en la BUC:

El segundo, más fiel a la novela, aporta el color de la tierra y el cielo y un dibujo realista que, en nuestra opinión, refleja muy bien los silencios y escasez de diálogo entre los protagonistas. Esas viñetas que se acercan al detalle nos han provocado algunos escalofríos.

A vuestra disposición en la comicteca de Industriales:

Vuestro turno, noveleros y noveleras.

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11 respuestas a «Intemperie» de Jesús Carrasco

  1. Anónimo dijo:

    Lo releeré con mucho gusto. Es una novela seca como la tierra que pisan los personajes. Saludos

  2. Fres dijo:

    Perdón que no dije quién soy

  3. Laura dijo:

    Me gustó tanto el libro que no me atrevo a ver la película, de momento prefiero quedarme con las imágenes que se me han formado en la cabeza. Y, como dice Fres, voy a releerlo con mucho gusto.

  4. Manu dijo:

    Me esta gustando la novela porque aunque el tema es duro , el autor logra con un lirismo en la narración, añadir a la naturaleza , su flora y su fauna ,como un personaje mas , junto con el niño ,el cabrero, el burro y las ovejas en su camino de huida hacia ese norte figurado .

    • Novelerías dijo:

      Nos alegra que te esté gustando, Manu. En algunos momentos es pura poesía y ese paisaje desolado, áspero, interminablemente marchito, tan bien descrito, contribuye a contagiarnos de la angustia y desesperación del chico ¿verdad?

  5. Valen Gomez Jauregui dijo:

    Perdón porque escribo desde el móvil y es fácil que haya errores tipográficos.
    Siento discrepar acerca de muchas de las opiniones que se han vertido sobre esta novela. No obstante, está escrita magníficamente, con una expresividad selecta y algunas metáforas dignas de recolección («La brisa caliente del mediodía hacía rozar los juncos entres y esparciendo por los alrededores ecos de frágiles cascabeles de madera. ásperas melenas agitándose como banderas de oración pero sin caballos briosos ni joyas ni mantras. reclamos tendidos al cielo que en lugar de esparcir bendiciones parecían convocar al sol para inmolarse con la ayuda de un cristal o de un rayo»).
    Pero es una historia dura, difícil, el ritmo es lento (imagino que es lo que se pretenda), violenta y en muchos fragmentos desagradable.
    Desafortunadamente, mis limitaciones me juegan malas pasadas y no me dejan ver la gran literatura escondida entre pasajes tan crudos y sombríos. Las lectura de esta novela me ha generado desasosiego y tristeza. Me queda lejos la época, los parajes, las costumbres y el léxico etnográfico.
    También es cierto que la historia engancha y los personajes generan una empatía difícil de ignorar.
    No ha sido el libro que más haya disfrutado, y está lejos de serlo, pero espero que gracias a vuestras opiniones aprenda a apreciar este tipo de obras.

    • Novelerías dijo:

      Hola, Valen. Lo mejor de la literatura, en nuestra humilde opinión, es la capacidad infinita de lecturas distintas que puede ofrecer. Y no deja de ser algo maravilloso que lo que a unos nos ha fascinado, a otros os resulte mucho menos agradable de leer. Y lo más interesante: que podamos hablar de ello y argumentar por qué una visión y por qué otra. No hay ninguna correcta, todas lo son.
      Para mí ha pesado más la capacidad del autor de meterme en la historia, de absorberme por completo, de hacerme sentir sed, angustia y ganas de huir, pero también la esperanza que aporta tanto la solidaridad del cabrero como la metafórica lluvia final que se abre a un futuro lejos de la violencia. No solo porque el chico la ha dejado atrás, sino porque también ha aprendido a no dejarse arrastrar por ella.
      Es una historia durísima, sí, a veces incluso desagradable y en ocasiones resulta lenta. En todo eso estamos de acuerdo, pero creemos que ayuda a conseguir lo que parece pretender el autor: hacernos recorrer junto a los protagonistas su escapada hacia el norte, tal y como ellos la están viviendo, sin escatimar en lo crudo, inhumano y desolador del paisaje interior y exterior, pero sin olvidar lo bello, lo poético (el pasaje que compartes es un ejemplo de esto).
      En mi caso reconozco que historias tan directas, rudas y ásperas, si lo son porque lo me cuentan necesitan serlo, me descolocan completamente, pero desde la admiración más profunda. Me pasó lo mismo con «La carretera» de McCarthy. Oscuro, sombrío y apocalíptico, lo considero una obra maestra, un libro inolvidable, de lo mejor que ha caído en mis manos en los últimos años…

  6. Conchi Allica dijo:

    La novela ha sido para mi como un wester manchego. La sequedad del paisaje, el polvo, el calor, la suciedad, han estado acompañándome de forma permanente. Ha sido una historia de atmósferas, agobiantes, duras. Aun no siendo temas agradables, valoro mucho el virtuosismo del autor en las descripciones, de espacios, paisajes, e incluso personajes, vestuario. La he leído en dos momentos, y me ha provocado un interés por saber, lo que ya esperaba, el final duro y estéril de la batalla con la vida.

    • Novelerías dijo:

      Hola Conchi. Es un maestro de la descripción. Pocos textos narrativos contienen tantas comparaciones, es un despliegue impresionante. Solo de la primera parte del libro apuntamos un montón y tuvimos que parar porque íbamos camino de transcribirlo todo, jajaja. Sorprende que un texto tan seco, tan duro se vea enriquecido con tal profusión de este tipo de recursos, generalmente asociados a la poesía. A modo de ejemplo: «El cuello como una bisagra herrumbrosa» (pag. 15), «[…] y se dejó ir como una rueda cuesta abajo» (pag. 16), «Necesitaba salir, romper la tapadera y emerger al olivar como si su cuerpo fuera un corcho repentinamente liberado desde el fondo de un pantano» (pag. 17). ¡Fíjate en que prácticamente hay una por página! y también tiene algunas metáforas brillantes: «Cerilla en el momento de empezar a arder, pujante, todavía sin atisbos de la meliflua llama que ha de terminar consumiendo la madera» y directamente imágenes magníficas: «Cerrando los ojos dejó que le penetraran los aromas de la pimienta y la canela» (pag. 19). Reconocemos nuestra rendida admiración por ese virtuosismo del que hablas, ha sido un placer leer y releer frases de esta novela.
      Y en cuanto al final, nos queremos quedar con que existe un cierto margen de esperanza en lo que el chaval ha aprendido de la solidaridad y la bondad del pastor. De alguna forma su sacrificio no es estéril…

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