Desentrañando temas y personajes de «La buena suerte»

Cuando nos hemos puesto a analizar en profundidad la novela, hemos visto más claramente la enorme cantidad de asuntos que se abordan en ella.

Vamos a empezar hablando de la violencia, que subyace todo el tiempo en la obra. Y está presente sobre todo en un ámbito que asociamos al hogar, al calor y a la protección: la familia. Muchos de los personajes han sido o son maltratados en casa; varias de las historias reales más espeluznantes que trufan la narración, tienen lugar en el entorno familiar y multiplican la dureza de lo violento.

Se plantea además cómo actuamos desde fuera ante esa violencia que existe a nuestro alrededor, la indiferencia en que a veces nos escudamos, la comodidad de pensar que no nos atañe, que no es cosa nuestra, el mirar hacia otro lado.

Pero también aparece la violencia organizada, absurda e incomprensible realizada en grupo sobre seres indefensos…

La huida, como vía de escape, como solución a los problemas, es lo que mueve a Pablo a quedarse en un lugar inhóspito lejos del confort de su vida anterior y otro de los temas sobre los que reflexionar. El protagonista quiere desaparecer, convertirse en alguien distinto y casi lo consigue.

«Está tan desligado de su nombre y de sí mismo que le cuesta un buen rato advertir que le están llamando» (pág. 37).

Ese dejarse llevar, sin fuerzas, sin ganas de nada, sin motivo alguno por el que levantarse, salvo el hambre, describe todos los síntomas de la depresión en la que está inmerso.

En parte porque arrastra un tremendo sentimiento de culpa que le lastra. Piensa que no ha sabido amar (no lo ha aprendido en la infancia) y sobre todo, no ha sabido educar, cuidar y proteger a su hijo. Tiró la toalla con él, se desligó completamente de su cuidado porque no le gustaba y le ha visto convertirse en lo que es.

La enfermedad, la vejez, el paso del tiempo, la muerte, también gravitan sobre la novela. La dolorosa pérdida de la memoria y el deterioro del cuerpo, frente al empeño por vivir, ante la inevitabilidad de seguir amando.

Y es que esta es, también, una historia de amor, de pasión, de dos seres que se encuentran y confluyen. La una porque cree en él y el otro porque se deja llevar y lo encuentra.

Y hay también avaricia, sed de dinero, ante la que cualquier cosa vale.

Y un continuo juego de contrastes, como decía Manu en su comentario: bien/mal; alegría/tristeza; lo bello/ lo feo… en el que se intercalan una multitud de citas literarias o filosóficas: El Quijote, Quevedo, Pessoa, Socrates, Nietzsche, San Agustín.

Entre los protagonistas observamos esa misma contraposición.

Raluca es la bondad, la alegría, la confianza, la seguridad, la esperanza, la ilusión; Pablo, la tristeza, la desesperación, la desconfianza, la duda, el pesimismo; y Marcos, por su parte, la maldad.

Ninguno tiene un pasado «normal», pero las decisiones que van tomando van marcando su futuro y su forma de afrontar la vida.

Raluca ha decidido asumirse tal cual es, sobrellevar sus errores, el abandono. su adolescencia en hospitales, su existencia básica… pero sin olvidarse de vivir. Ayuda a Felipe, va por el mundo con su sonrisa por delante y cuando se le cruza Pablo, se tira de cabeza. Arriesgar no le da miedo.

Pablo arrastra muchos traumas infantiles, errores en su matrimonio y en su papel como padre, miedo y frustración. Cuando llega a Pozonegro ha tocado fondo, a pesar de su brillante trayectoria en lo profesional. Está bloqueado, no sabe cómo seguir y opta por desaparecer. Él mismo se define como un cobarde y lo es. Está lleno de inseguridades.

Felipe es un personaje entrañable con las cosas claras que se va adaptando al medio según le van viniendo las cosas. Su padre enferma, le cuida; decide acabar con todo a una determinada edad, pero cambia de opinión porque su vida no le ha gustado y además sigue amando…

Benito es un malo prototípico: mezquino, mediocre, que se cree muy listo y al que solo le mueve el interés por el dinero. Es muy útil en el desarrollo de la acción porque desencadena el acercamiento entre los protagonistas.

Marcos es la Maldad con mayúsculas, la gratuita y absurda que lleva a actos sin explicación y no tiene justificación alguna. Su padre se plantea que casi preferiría que el origen de su comportamiento fuera un tumor…

Hay algún otro personaje más, como Regina, la ex del arquitecto o el policía a punto de jubilarse, que aparecen como secundarios muy bien dibujados por la autora en escasísimos trazos.

Y por último, la chica gótica que vive aislada a las afueras del pueblo y que aparece de forma intermitente en la obra, viva imagen de la soledad, la exclusión, el desamparo, pero cuyo papel en la novela no parece definido y puede dar para algunas interpretaciones. ¿A vosotros qué os parece?

Lo hablaremos la semana que viene en nuestra cita virtual, pero mientras tanto, podéis comentar lo que os parezca, aquí mismito 🙂

¡Nos leemos!

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4 respuestas a Desentrañando temas y personajes de «La buena suerte»

  1. Conchi Allica dijo:

    Leí alguna vez que”La dualidad de sentimientos, esto es, tener dos sentimientos contrapuestos al mismo tiempo sólo posibilita la falta de espontaneidad y de libertad, la confusión, el entorpecimiento, la rigidez y la angustia”.
    Esta dualidad siente Pablo, Raluca, Felipe y seguro que Marcos . Y también nos acompaña a todos en el día a día, Rosa lo resume poéticamente con un verso de Pessoa: “
    Si el corazón podría pensar se pararía”. Pablo puso a sentir a su corazón, superando el sufrimiento de perder el amor por no saber querer, para que no dejara de latir.
    La vida misma.

  2. Fres dijo:

    Como no voy a estar en la quedada cuento algo. Me ha gustado la novela, tengo que decir que Rosa Montero me encantaba como periodista, la seguí muchísimo en sus entrevistas legendarias en El País, pero como novelista no me entraba (me pasa como con Millás), pero esta novela la he leído estupendamente.
    Ese aspecto que tiene de «sabijonda»:), de lista, de saberse explicar y explicarnos un montón de temas con mucha claridad y muy pegados a la vida en esta novela, en mi opinión, brillan mucho.

    Los temas por los que deambula la novela ya los ha dicho Marta: la huida, la avaricia, la muerte, la pasión, el bien, el mal, la fealdad en la que vivimos… y la culpa.
    Esa culpa que le lleva a mentir continuamente sobre las razones de su huida y como prefiere contar que ha «matado» a su hijo antes que contar que su hijo es un cabrón. Socialmente se entiende más (y esto es una opinión) que borracho tenga un accidente y muera el hijo antes que tenga un hijo neonazi que es un asesino. Esa circunstancia de huir del hijo, de no querer saber nada de él, le hace sentirse muy marcado: ¿como un hombre como tú, de éxito, con dinero, no has sabido…, qué clase de padre eres?. Este tema del amor pater/maternofilial y sus aristas, lo refiere mucho la autora en La ridícula idea de no volver a verte. A mi me ha interesado mucho ese trasfondo en esta novela.

    Y la otra cosa que quería comentar es la necesidad de la belleza. Porque la belleza nos salva (esto lo leí en una novela gráfica La levedad, que me impresionó mucho). Y es una idea que se repite en mucho de los libros que he leído últimamente, y en este tb. Pozonegro es la fealdad casi extrema y como apunta el Pablo arquitecto pequeñas cosas (como un trozo de cesped en la piscina) aligerarían la vida de sus habitantes y la harían menos oscura. Esto lo podemos fácilmente extrapolar a los horrores que vemos continuamente en el lugar en que vivimos.

    Perdón por el rollo…

    • Novelerías dijo:

      Nada de perdones, aquí venimos a enrollarnos, este es vuestro espacio. Gracias por comentar, te echaremos de menos el jueves.
      Rosa Montero tiene el talento de escribir y describir muy bien la realidad, sí, se sabe explicar y consigue que nos identifiquemos con lo que cuenta. Es de esas autoras que ponen sobre el papel pensamientos o emociones que alguna vez hemos tenido en la cabeza o sentido…
      Las mentiras que le envuelven hacen muy interesante el personaje de Pablo y creo que ha buscado sorprender a la hora de elegir el desenlace. Puede que haya más casos de accidentes con muertes de hijos causadas por padres, pero los neonazis asesinos también tienen familias detrás. Esas relaciones padres/hijos oscuras dan mucho de sí en la ficción y, como el libro también recoge, desgraciadamente en el mundo real.
      Ya lo decía Dostoievski, la belleza salvará el mundo 🙂
      Yo también estoy viendo mucha belleza en la literatura últimamente. En este libro que me estoy encontrando por todas partes, parece que también se reivindica: Los besos de Manuel Vilas

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