Contexto y tramas de «La señora March»

«Upper East Side – ‘Twixt Madison & 5th Avenues», fotografía de Jeffrey Zeldman
en Flickr (CC BY-NC-ND 2.0 DEED)

Nueva York es el escenario principal de la novela, concretamente la zona del Upper East Side, una de las más exclusivas de la ciudad, con sus apartamentos de lujo, tiendas elegantes y alguno de los más impresionantes museos del mundo.

La señora March se mueve en este ambiente sofisticado, de compras en pastelerías exquisitas. organizando cenas distinguidas y perdiéndose por las salas de la pinacoteca, entre las que disfruta del arte, hasta que entra en barrena y en su dinámica de desconfianza de todo y de todos, decide ejercer como detective.

En su búsqueda de pruebas acaba saliendo de su cómoda existencia de ama de casa de clase alta y de la ciudad para protagonizar un delirante fin de semana en el estado de Maine.

¿Cuándo se supone que transcurre la acción? Las marcas temporales son deliberadamente ambiguas. Parece que se trata de una mujer de mediados del siglo XX y sin embargo, hay alguna referencia tecnológica de nuestros tiempos, como el audiolibro.

Al parecer la autora no define claramente la cronología de la novela por varias razones: en primer lugar, quiere descolocar al lector, incomodarle con ese desconocimiento temporal; además, pretende evocar las sensaciones de un cuento (el érase una vez, indeterminado) y por último, busca también contagiar de su nostalgia.

Trama principal: la plácida vida de la señora March se rompe cuando de la manera más banal, se entera de que la nueva novela de su marido tiene una protagonista basada en ella, una prostituta vieja y de poco atractivo que se le parece. A partir de ese momento, entra en una vorágine paranoica, una crisis cada vez más profunda en la que ve enemigos por todas partes y a través de la cual conocemos sus inseguridades, complejos, mezquindades y envidias.

En esa caída libre hacia la locura, su pasado, como trama secundaria, quizá viene a explicar el carácter desconfiado y la incapacidad para la empatía de nuestra protagonista, cuya infancia transcurre en el seno de una familia que ni la quiere, ni la protege, ni la cuida.

La acción se precipita con la incorporación de la historia de la joven asesinada en Maine, de cuyo crimen la señora March encuentra un recorte entre las cosas de su marido. La inicial suspicacia se va convirtiendo, a medida que avanza el relato, en convicción absoluta de la culpabilidad de George, que ella ve corroborada (aunque con escasas pruebas) en su viaje al pueblo donde se cometió el crimen.

Su obsesión va en aumento y la aleja cada vez más de la realidad, de tal manera que llega a un punto en que no es capaz de distinguir lo que imagina de lo que pasa de verdad.

¿Qué os parecido esa buscada indefinición del tiempo en el que transcurre la novela? ¿Os ha gustado? ¿Os ha confundido?

Ya nos contaréis.

Nos queda una última entrada para comentar largo y tendido sobre la señora March.

La semana que viene, más. ¡Hasta entonces!

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