Cita virtual en torno a «Tiempos recios»

Cita virtual «Tiempos recios»

La lectura parece habernos resultado interesante a todos. Algunas nos hemos reencontrado con Vargas Llosa, Kim lo está descubriendo y Felipe ha superado sus reticencias con respecto al autor.

A María Jose le ha costado sintonizar con los personajes y la época. Le parece que es más una historia novelada que una novela histórica. Hay mucho dato y poca ficción. Aún así, se lee bien y está bien escrita, en su opinión.

Fresnedo la ha leído desde el punto de vista político y en ese sentido no le parece una novela de personajes. Una política/economía que no ha cambiado mucho.

Destaca como hilo conductor de la historia el poder de la propaganda, la postverdad  y señala como ahora mismo la situación de los emigrantes trabajadores en el cómic «Días de destrucción y días de revuelta» de Chris Hedges y Joe Sacco, es similar a la de aquellos indígenas de la Guatemala de Árbenz, prácticamente esclavos. Una «vida marginal vegetativa».

Comentando lo malo, malísimos que son muchos de los personajes, Kim, destaca que Johnny Abbes en la literatura le parece un buen personaje, pero que una vez que se ha documentado, le parece un espanto.

Felipe, a quien en general no le gusta la novela histórica porque le parece que reescribe la historia siendo los acontecimientos demasiado recientes, le da un aprobado. Bien escrita, pero con demasiados giros. En este sentido, nos dice que no entiende muy bien la aparición del capítulo sobre el cadete que muere en el asalto a la Escuela Politécnica. Que está un poco forzado y le parece que es de relleno.

Estamos de acuerdo con él en que se mete un poco con calzador, quizá también para homenajear al pobre hombre que muere en el anonimato… para nada. María José dice que es como el mártir del pueblo.

Conchi ha abordado la obra como espectadora, aprendiendo y disfrutando de la escritura y el oficio de Vargas Llosa, con unos personajes curiosos que demuestran que la historia se repite.

Laura destaca también la calidad como escritor del peruano y su solvencia, destacando la estructura del capítulo 7 en el que se mezclan personajes y tiempos de forma magistral e introduce un cierto debate en torno al personaje de Marta. A ella no le parece una víctima, sino más bien una oportunista.

A María José no le ha gustado nada este personaje (coincide con quien suscribe esta entrada) y en general nos ha costado entenderlo, a pesar de que el autor la trata con respeto y le dedica un buen montón de páginas, incluidas las del cierre de la obra, como destaca Kim.

Fres opina que podía ser perfectamente prescindible; nosotros pensamos que sirve de nexo entre los protagonistas.

Laura también se refiere al embajador Peurifoy como personificación de la prepotencia de Estados Unidos. Le da igual la verdad, el impone el criterio de los americanos sin entrar en disquisiciones al respecto.

Fres recuerda que el único arranque de dignidad de Castillo Armas es ante este embajador cuando alega tímidamente que en Guatemala pueden hacer cosas por sí mismos.

María José señala lo bien que funcionaba la imposición de lo falso frente a la realidad en un mundo sin internet y volvemos a pensar en que la manipulación de los medios y el poder político unido al económico, tienen la misma capacidad de decidir los destinos del mundo antes y ahora.

A todos nos parece que los tiempos recios, fueron y siguen siéndolo y en este sentido Felipe destaca que todavía hoy se habla de derrocar a quien haga falta (cita un tuit del director de Tesla en relación con Bolivia donde la empresa tiene intereses económicos).

En nuestro rastreo de la historia y los personajes, Felipe ha encontrado el blog de Gloria Bolaños Pons: quizá la persona real sobre la que se construye el personaje de Marta.

Conchi nos recomienda antes de acabar, otra obra de Vargas Llosa «El sueño del celta» y terminamos comentando brevemente la próxima lectura y las dudas de la moderadora al respecto 😉

Un placer, como siempre.

¡Gracias!