Respaldada por el Booker y también, todo hay que decirlo, por su brevedad, esta novela de Samantha Harvey ha sido la elegida como penúltima lectura del club para este curso.
Y (personalmente) ha llegado en buen momento, aportando un poco de respiro, de paz y sosiego, incluso de reflexión e introspección.
La autora
Con unas cuantas novelas bien valoradas por la crítica, parece manejarse a la perfección como narradora, utilizando una prosa llena de lirismo y delicadeza que analiza en profundidad los pensamientos y sentimientos de sus personajes, el sentido de sus vidas.
Echo de menos alguna otra de sus novelas traducida, la verdad. Me gustaría leer The Western Wind
La obra
Una visión privilegiada de nuestro planeta desde el espacio, permite a los seis protagonistas, astronautas de la Estación Espacial Internacional, repensar su existencia y sus sueños, mientras desarrollan los experimentos científicos específicos que les han sido encomendados (y las tareas cotidianas más vulgares, como limpiar o cambiar filtros).
El desajuste del tiempo y el espacio influye en su percepción del mundo y en sus emociones, que comparten con nosotros hasta el punto de hacernos sentir con ellos dentro de ese cubículo de aire viciado que comparten.
Contexto y tramas
La trama principal es la que relata la vida de los astronautas en la Estación, su día a día, cada uno a lo suyo en el laboratorio, realizando tareas de mantenimiento, ejercicios para mantener el tono muscular, interiorizando la experiencia que están viviendo.
No hay mucha acción y esta transcurre dentro de los propios personajes.
Como tramas secundarias podemos señalar la muerte de la madre de Chie, la llegada de un tifón sobre las islas Filipinas o el lanzamiento de una misión lunar desde Cabo Cañaveral, de la que a todos les gustaría haber formado parte.
La novela está ambientada en el presente, a bordo de la Estación Espacial Internacional, en la órbita terrestre baja y el tiempo narrativo abarca un solo día, durante el cual la estación completa dieciséis vueltas alrededor del planeta.
Temas y personajes
Entre otros temas podemos hablar de:
- La cotidianidad en lo extraordinario: La novela muestra cómo la rutina y lo ordinario persisten incluso en el entorno más espectacular imaginable.
- La fragilidad humana: Los astronautas luchan contra la disipación de sus cuerpos y la nostalgia de la vida terrestre, enfrentándose a la vulnerabilidad física y emocional. Se sienten especialmente pequeños.
- La contemplación existencial: La visión de la Tierra desde el espacio despierta profundas reflexiones sobre la existencia, la soledad y el sentido de pertenencia a la especie humana.
- El cuidado del planeta: Harvey transmite un mensaje ecologista: lo que le hacemos a la Tierra, nos lo hacemos a nosotros mismos. La novela invita a la preservación del planeta como único hogar posible.
- La neutralización de las diferencias y la comunión entre personas: En la Estación, las diferencias nacionales, culturales o personales se diluyen ante la inmensidad del cosmos y la precariedad compartida.
Los personajes funcionan como un todo en esa contemplación de la belleza terrestre, de los cambios de la noche y el día, de los fenómenos meteorológicos, en su conexión en el contexto de esa experiencia colectiva. Tiene un poco de novela coral, en ese sentido.
Son seis astronautas y dos cosmonautas rusos.
- Pietro (italiano), cuya historia de amistad con los pescadores filipinos humaniza y pone cara a los damnificados por el tifón.
- Chie (japonesa): que afronta la noticia de la muerte de su madre y hace listas para tranquilizarse.
- Shaun (estadounidense): que aporta a la novela un sorprendente análisis de Las Meninas.
- Nell (británica): quien, marcada profundamente por el accidente del Challenger, consigue transformar el miedo en su pasión y disfrutar del viaje espacial.
- Roman y Anton (rusos): Cosmonautas responsables del mantenimiento del generador de oxígeno. El primero es más nostálgico, el segundo más práctico.
Funcionan como una gran familia unida por la convivencia en el interior de la Estación.
Me gusta la división de papeles que hace la autora en la página 35:
Anton es el corazón de la nave. Pietro es la mente. Roman es las manos. Shaun, su alma, Chie la conciencia y Nell, su aliento.
Resumen de nuestra cita virtual
A Laura le ha gustado la novela, sobre todo por su tratamiento poético de un entorno tan técnico, destaca la descripción poética del paso del tiempo y de la vida en la estación, así como la forma en que se esbozan las historias personales de los personajes.
Le ha generado cierta angustia la idea de vivir con tantos amaneceres en un solo día y el desajuste temporal que eso implica.
Cree que la novela es agradable y bonita, aunque opina que, al no tener una trama fuerte, es fácil de olvidar al cabo de un tiempo.
A Conchi le ha gustado, aunque esperaba un poco más de la novela, quizás por las altas expectativas.
Le parece interesante cómo Harvey consigue transmitir la sensación de estar en órbita y el movimiento constante de la estación.
Se ha quedado con ganas de que algunas historias se desarrollaran más, y siente que, tratándose de una novela ambientada en el espacio, esperaba algún acontecimiento inesperado o más acción.
Encuentra que tiene momentos estéticamente muy bonitos y algunos capítulos le han producido cierta angustia, por la lejanía y el aislamiento, aunque en general le ha parecido una lectura ligera y agradable.
A María José le gustó la novela (la leyó ya hace algún tiempo) y la encontró fácil y entretenida de leer.
Al principio pensó que era un libro de ciencia ficción, pero luego vio que no lo era, sino más bien una novela de introspección y contemplación.
Destaca lo bien que está descrito el ciclo de las órbitas y la vida cotidiana en la estación.
Le llamó la atención cómo la autora logra transmitir el descontrol físico y temporal que sufren los astronautas, y cómo se mete el lector en la estación.
Considera que la autora escribe como si realmente hubiera estado allí, por el nivel de detalle y realismo.
Felipe piensa que no pasa casi nada, cuando llegó a la mitad, asumió que la introducción se hacía larga jajaja. Te hace pensar en los los astronautas, que están un poco ya pasados de moda, nadie se acuerda de ellos. Le parece que bien hubiera podido publicarse por fascículos.
Se la ha recomendado a un amigo al que le gustan las series y películas en las que no pasa nada y a este le ha recordado a un sketch de Faemino y Cansado: https://youtu.be/QIqoS5aH_7o
A mí me parece que la novela es un prodigio de sensibilidad y belleza y me ha gustado porque es algo diferente.
Me ha gustado mucho el enfoque poético y la capacidad de Harvey para transmitir las sensaciones y la atmósfera de la estación espacial. Le parece que la autora logra que el lector se sienta dentro de la estación y perciba la angustia y el aislamiento de los personajes.
La novela no tiene una acción lineal ni una trama convencional, sino que se centra en lo que pasa por la cabeza de los personajes y en sus sensaciones.
Destaco la documentación y el conocimiento que demuestra la autora sobre la vida en la estación espacial. cómo se entrecruzan pequeñas líneas argumentales, como la muerte de la madre de la astronauta japonesa y el tifón, que aportan interés sin ser el núcleo fundamental de la historia.
Hablamos de lo bien que está reflejada la geografía y los fenómenos meteorológicos, el paso del tiempo, el punto ecológico y existencial de la obra.
A Conchi le gusta como cada uno se plantea de forma diferente el enfrentarse a una situación extrema.
Nos recuerda a cómo se vive en las estaciones de la Antártida. Mencionamos el caso de la doctora que tuvo que tratarse a sí misma en el Polo cuando descubrió que tenía cáncer: https://elpais.com/diario/1999/10/17/sociedad/940111206_850215.html
Felipe comenta que los médicos que van se quitan el apéndice antes.
Conchi recuerda que en Cantabria había un centro de entrenamiento para expediciones de este tipo. No sé si será esto: https://astrolandagency.com/ares-station/
Hablamos de otras lecturas, como siempre. María José recomienda La estirpe de Lilith de Octavia E. Butler, primera parte de la trilogía Xenogenesis, de ciencia ficción; de La península de las casas vacías, que ha leído todo el mundo menos nosotros, jajaja; de Imposible decir adiós sobre la guerra civil coreana, de Han Kang; de El guardián entre el centeno; de La vegetariana.
También hablamos de la serie Pachinko, que se basa en una novela, de la posibilidad de volver a leer a Zweig y, como siempre de si leemos drama o comedia 🙂 y por último, de cuando hacer nuestra única quedada presencial del año, de la que dejaremos constancia por aquí.
¡Hasta entonces!
P.D. Añado el enlace a un artículo sobre los clubes de lectura que me ha enviado Mª José y que merece la pena leer: https://www.zendalibros.com/tres-hurras-por-los-clubes-de-lectura/ Seguro que mucha de la buena gente que lee el blog compartirá las opiniones del autor y elevará esos tres hurras (o más, como se dice en los comentarios) con alegría, peeeeeeero, desde aquí quiero romper una lanza por los miembros masculinos de este, nuestro club, que no son muchos, pero sí muy importantes.