Tengo la sensación con esta novela de haberme metido de cabeza en una especie de experimento arriesgado. En primer lugar porque la elegí sin haber acabado su lectura, dejándome llevar por la intuición, por cómo la autora juega con las palabras y el lenguaje y, una vez terminada, porque su estructura, su desordenada construcción, resulta un poco desconcertante y no sé si habré acertado…
Espero que los giros y las formas del español argentino, no hayan supuesto un problema. A veces cuesta un poco, pero se entiende todo por el contexto y, en mi opinión, aporta riqueza a la obra.
Vuestro juicio inapelable y sin piedad, nos desvelará a lo largo de la próxima semanas si fue o no un libro que os mereció la pena 🙂
Creo que esta es la primera vez que leemos algo de Impedimenta, cuya delicadeza y buen gusto a la hora de editar agradecemos y valoramos quienes apreciamos los libros. Todo está cuidado, desde la tipografía a la elección de la imagen de la cubierta y, la verdad, es un gustazo que los detalles importen.
La autora
Una vez más, tengo que agradecer al club mi aterrizaje en la obra de esta escritora, de la que no había oído ni hablar. Cierto es que esta es su primera novela: su actividad se ha desarrollado más como gestora y periodista cultural, que como narradora. Aún así también ha publicado un libro de cuentos al que estamos deseando echar un ojo.
Hay en su forma de contar, desenfadada y divertida, mucho oficio, mucha lectura y mucho respeto por la literatura y la tarea de escribir.
Y un manejo poderoso de los términos, del vocabulario que reinventa, con el que juega y nos invita a jugar.
La obra
Para mí ha sido puro disfrute ese ir y venir de la descripción de la escenografía del chateau, a la carta de la madre presentando sus diarios, pasando por los intercalados testimonios de varios protagonistas sobre algunos acontecimientos del pasado, que dan forma a esta original «novela teatral» u «obra de teatro novelada».
Siendo una novela absolutamente novedosa y diferente, a ratos y seguramente por mis propias conexiones mentales, me ha recordado a otras obras: sobre todo al principio, a la Casa de los espíritus; en algún momento, a la 13 Rue del Percebe 🙂 y en otras ocasiones, un poco, a Historia de una escalera.
Unos personajes muy interesantes, sobre todo femeninos y las relaciones que mantienen entre sí, nos colocan como espectadores de primera fila ante temas esenciales: la familia, el amor, el fracaso, la amistad, la maternidad…
Y de fondo, una cierta dosis de intriga que ayuda a mantener intacta la atención del espectador-lector.
Esta vez no voy a elaborar mi propia selección de reseñas y entrevistas porque los profesionales de Impedimenta ya lo han hecho por mí (ver el apartado «La prensa ha dicho»), seguro que con mucha más solvencia. Como siempre os digo, es mejor leerlas después de la novela.
La semana que viene profundizamos en el contexto y las tramas ¡hasta entonces!
De vuelta al club, no lo podía haber disfrutado más, una historia que se construye entre el pasado y el presente, como los hilos de madejas diferentes, que poco a poco,nos hace ver, el resultado de un tejido complejo, que no es más que la gran dificultad de vivir y de querer a otros y a uno mismo.
Qué bueno tenerte de vuelta, Conchi. Es una novela muy bien construida, nunca mejor dicho y no me parece nada fácil de escribir, la verdad. Como lectora, agradezco infinitamente, poder ver la casa desde los ojos de tan variopintos personajes, pero poniéndome en el papel de la autora, la combinación de lo epistolar, con el monólogo y las entrevistas, me parece de nota :). El edificio como metáfora de la vida, también es un gran acierto y, como dices, vivir no es fácil y amar, tampoco.