Temas y personajes de «Tostonazo»

«Ávila» fotografía de elholgazán en Flickr (CC BY-NC-ND 2.0)

Analizamos hoy los temas que se abordan en la novela y casi vamos a seguir la línea cronológica del relato.

Empezamos haciendo una revisión de los entresijos del mundillo del cine, con un poco de crítica pero bastante atemperada, porque la visión desde dentro, de los técnicos, los trabajadores de a pie, la dureza y los horarios a los que están sometidos en los rodajes, es solidaria y amable. No tan bien parada sale la parte de la industria cinematográfica que protege y ampara a incapaces y trepas, que también apunta al mundo de la política.

La descripción del ajetreo, las prisas, los problemas que surgen, la improvisación con que se tienen que solventar, las jornadas infinitas, el buen ambiente… está realizada desde quien conoce en profundidad el tema.

También podemos decir que la obra es una defensa de las comunidades pequeñas, las ciudades y los pueblos de provincias de los que se hace una reivindicación alejada de los tópicos, que incluso rompe con la percepción, que en general tenemos, de que se trata de enclaves conservadores y cerrados.

Y sobre todo estamos ante una crónica del optimismo, que permite esquivar a los tristes, los manipuladores, los grises, los pesados y en general a la mala gente, con la que todos nos cruzamos, para seguir mirando hacia adelante, en la esperanza de que algo bueno nos traerá la vida.

Y es que, a pesar de que todo gira en torno a esos dos tostonazos que marcan la primera parte de la obra, la amistad y también la pasión por el cine, acaban propiciando un final feliz.

El protagonista es un poco nini, alcohólico en ciernes, no parece tener ningún interés claro hasta que el cine se cruza en su camino, casi por casualidad, como todo lo que le va pasando. Ese primer encuentro con un set de rodaje, le engancha a las películas, pero cuando acaba Corolenda se deja llevar, una vez más y ante la falta de un empleo mejor, se va a Ávila a cuidar de un familiar mayor, para después volver a salvarse grabando.

Es apático, nada ambicioso. No se trata de un personaje especialmente interesante, ni atractivo, aunque parece un buen tipo y sobre todo, aguanta con paciencia infinita a Pacomio. Solo por eso, es fácil empatizar con él. También me gusta el gusanillo que se le mete dentro al empezar a hacer películas 🙂

Es un tipo afortunado, al que sin buscarlo, todo le sale bien, que siente fascinación por los dos tostonazos (Yo esto no lo entiendo mucho, la verdad, ya lo hablaremos. ¿Por qué semejantes petardos le interesan?…)

Yo diría que en orden de importancia, el siguiente protagonista sería Pacomio, que se hace odiar casi desde el minuto uno con su mal humor, sus quejas y exigencias y esa necesidad permanente de tener a alguien que escuche sus tonterías. Desagradable, egoísta, rancio, es un buen personaje dibujado para disgustar.

Sixto, su homólogo en la primera parte, es otro tipo de tostonazo, de los que además consiguen poder y peso a pesar de ser un incapaz, un inútil, un ignorante. Quizá de estos tenemos más referencias ¿no? y encima acaba dedicándose a la política :).

Le avala Guillermo, su hermano, otro espabilado trepa que se siente en deuda con aquel y se dedica a aquello que sin trabajar mucho le produzca beneficios.

El resto del «elenco» lo forman el director de Corolenda, Nacho Tiedra, que tiene que bregar con las insensateces de Sixto, da más pena que otra cosa y hace lo que puede por salvar la película; su mujer Mónica, de la que sabemos poco más que es la mujer de Tiedra y tiene buen rollo con el protagonista y por último, Bertrand, un personaje luminoso, que coincide con el protagonista para darle amistad y apoyo fraterno, le ayuda a sobrevivir y remontar a Pacomio; o Ramona, la amiga del protagonista, que también forma parte de los «buenos» y le proporciona información y contactos.

El próximo jueves hablamos en directo de la obra, a ver qué otras cosas habéis visto.

¡Hasta entonces!