Fotografía «Smartphones» de Esther Vargas en Flickr (CC BY-SA 2.0)
Aunque la mayor parte de la historia transcurre en 2019, cuando se produce el hecho traumático que desencadena la acción, se presentan dos saltos temporales importantes a lo largo de la narración.
Uno nos traslada 18 años atrás para presentarnos a las protagonistas adolescentes que ven uno de los primeros realities emitidos por la televisión francesa «Loft story» y otro nos lleva a 2031, el futuro en el que todo lo ocurrido en 2019 se cierra verdaderamente.
Aunque parte de lo que se nos cuenta de 2001 transcurre en La Roche sur Yon, un municipio de la costa centro-occidental del país, casi todo el relato discurre por París y sus alrededores.
La trama principal relata el secuestro de una niña «influencer», las investigaciones de la policía, los mensajes del secuestrador… a través de los informes policiales, de la visión de la madre de la pequeña y de la de la policía que investiga el caso.
A partir de la desaparición de Kimmy conocemos la vida de Melanie, su adicción enfermiza a los programas de televisión, su aislamiento familiar y social y su incorporación obsesiva a las redes sociales; mientras en paralelo, nos asomamos a la vida de Clara Roussel, opuesta en ambiente, educación y carácter.
Asistimos a la absoluta entrega de Melanie a sus seguidores que le lleva a convertir a sus hijos en actores obligados de una representación de vida ficticia, llena de consumismo vacío y comida basura con la que gana mucho, mucho dinero.
En el último tramo, la obra retoma a los personajes 12 años después, algunos como si nada hubiera pasado y otros arrastrando las secuelas de una infancia que no fue.
¿Qué os está pareciendo la novela?
Comentad lo que queráis, es vuestro turno.
La semana que viene seguimos analizando temas y personajes.
¡Hasta entonces!
El temita se las trae. A mí, que ya acabé el libro, me ha dejado sobrecogida.
Ufff me vais a dar por todas partes por mi afición a haceros sufrir, ya lo estoy viendo 🙂 Espero que dé para una reflexión jugosa…
No me queda mas remedio que darte la razon Marta en lo referente a tu afición al sufrimiento a traves de la lectura.Si la autora a traves de esta novela ha querido trasmitir una critica intensa y documentada del mundo infantil de las redes sociales, en mi caso lo está consiguiendo, pues con la ayuda de los padres (en este caso de la madre, Melanie) pueden hacerlos «Reyes de la casa».Incluso haciendo depender la propia economia familiar de ellos, menores de edad, y descubriendo otro tipo de explotacion laboral que no es poco.
Seguimos
Menos mal que te ha gustado jejeje.