Todo un mundo este que no conocíamos, la verdad. Sí sabíamos de la existencia de refugios antinucleares, claro, pero es que a raíz de la lectura de la novela, hemos investigando un poco y descubierto que no solo existen empresas varias que se dedican a comercializar estas cosas, sino que hay gente que compra incluso kits de supervivencia para hacer frente a la llegada inminente del colapso total. (Por cierto, si no habéis visto la serie francesa El colapso, os la recomiendo mucho, pone los pelos de punta)
En mi casa, pese a que hacemos bromas sobre quién de nosotros sobreviviría a un apocalipsis zombie, está claro que no quedaría ni el tato 🙂
La novela transcurre en un futuro cercano en el que ya ha tenido lugar lo que se denomina «La Semana Caliente», siete días en los que las altísimas temperaturas, provocaron caos y disturbios en todo el planeta y que favorecieron el aumento, tanto de botijeros como de prepas.
(Sí, lo sé, todos nosotros hemos pensado en la rabiosa actualidad del libro, que hemos leído durante uno de los veranos más anómalos y cálidos de los vividos hasta la fecha…)
Transcurre en nuestro país, en España, en la ciudad de Madrid, más concretamente (el barrio de El Pilar no deja lugar a dudas) y a lo largo de un solo día.
A partir de una línea argumental principal en la que Segismundo García II cuenta a su padre cómo ha puesto en marcha su nuevo negocio: la venta de búnkeres de bajo coste para todos los bolsillos, el protagonista se enfrenta, por un lado a los problemas de su hijo en el colegio, resultado de sus trapicheos con las apuestas (trama secundaria 2) y, por otro, a la desaparición de Segismundo el Grande, su padre (trama secundaria 3).
En el transcurso de la presentación de la trama principal le vemos vendiendo el producto a los ingenuos que se dejan e intentando conseguir crédito en el banco, mientras conocemos las andanzas de su progenitor a la búsqueda de un ascenso social para el que todo vale.
Este hilo se ve trastocado con la llamada de su exmujer que le lleva al colegio del hijo, al que ayuda a pagar parte de sus deudas.
Pero la escapada del abuelo rompe de nuevo la acción para dirigirla en pos del anciano, cuya cabeza navega a la deriva. Empieza entonces un periplo que lleva a Segismundo Segundo y a Segismundo Tercero a recorrer algunos de los escenarios del ascenso y posterior caída del primero de la saga: la clínica donde empezó todo, la consulta de su exsocio, el Paraíso, el lugar en el que se encontraba su primera casa…
Segismundo García II cree que la memoria errática de su padre le puede llevar a encontrar el tesoro que tanto ansía. Eso es lo único que le importa y lo que le propone hacer en el reencuentro final. Un cierre estupendo ¿no os parece?
¡Espero vuestros comentarios!
¡Hasta la semana que viene!
Holá, que es muy peculiar la lectura, no? Hablando de pelicula me recorde una «Los parasitas» y tambien de la serie «The hundred». Donde los bankers surgen como locales de refugio. Me parece, muy loco pensar en eso. A respecto del libro, me pareceu bastante pesado! Como hace tanta reclamaciones! Que mirada negativa de la vida de Segismundo. La descripcion de Madri tambien me asusto un pocó, muy depreciada. Como un pós-guerra. Es curioso de las clinicas dentales, eso pasa en Brasil. Ahora son las clinicas medicas para atender la populación mas pobre. Una crítica social importante.
Muy bueno volver!! Besitos
Sí, peculiar es. Diferente y crítica. Al parecer hay mucha gente que se prepara para el fin del mundo. Puede parecer irreal y muy loco, pero ahí está. A mí la mirada ácida de Segismundo y su voz despiadada, exageradas hacia lo negativo, claro, me parecen vehículos magníficos para poner encima de la mesa la corrupción y la ausencia de honestidad/humanidad como forma de vida. ¡Gracias, Fabiola! Qué bueno volver, síííí